Cualquier abuelita latinoamericana, acostumbrada a cocinar 
panes y tortas, podría decir que eso de andar comiendo sin gluten es una 
tontería. Sobre todo, si la elección no está basada en diagnósticos graves, como 
el de la enfermedad celíaca (ver recuadro).
 
Pero las cosas han cambiado y hoy en día mucha gente decide comer sin gluten 
como un estilo de vida, únicamente porque ha comprobado que eliminando el gluten 
-la glicoproteína presente en la semilla del trigo, el centeno y la cebada- se 
puede evitar la pesadez estomacal, la urticaria, la fatiga y los dolores de las 
articulaciones, por nombrar algunos síntomas.
Es probable que mucha gente no conozca las razones por las que hoy somos más 
sensibles al gluten que hace 20 años.
Especialistas aseguran que no sólo estamos comiendo más gluten que nunca, 
sino que algunas semillas de esos granos están siendo modificadas genéticamente. 
La industria de alimentos, además, utiliza el gluten como preservativo para 
otorgar textura, viscosidad y sabor a muchos productos procesados.
La enfermedad celíaca
A quienes sufren de este trastorno digestivo, el gluten les provoca una 
reacción en el sistema inmune que daña la capa que recubre el intestino delgado 
y dificulta su capacidad para absorber nutrientes.
Si la enfermedad no se detecta a tiempo, puede provocar una severa 
desnutrición.
Actualmente no existen tratamientos para la enfermedad y el paciente debe 
retirar el gluten de su dieta de forma permanente.
De modo que no suena descabellado que haya personas que estén preocupándose 
por reducir su ingesta. Aunque eso signifique que deban olvidarse de la pizza, 
el helado, la cerveza, el couscous, los bagels, los aderezos, la salsa de soya y 
de tomate…
Gluten free es el nuevo fat free
Montserrat Rodríguez, médico nutricionista, asegura que cuando se elimina el 
gluten, el cuerpo se desintoxica. Eso, sin embargo, no se traduce en una pérdida 
de peso inmediata.
"Probablemente se puedan perder hasta cinco kilogramos, pero para continuar 
rebajando hará falta eliminar el consumo de otros alimentos. Lo que sí es cierto 
es que si no bombardeas al cuerpo con sustancias como el gluten, el organismo 
descansa, el ejercicio es más efectivo y el agua hidrata y limpia más 
rápido".
Los productos identificados como gluten free se han multiplicado en 
los últimos años, como lo hicieron los fat free en su momento. Pero una 
dieta sin gluten no debería incluir mayoritariamente productos procesados, 
explica Rodríguez. 
La oferta de productos sin gluten ha aumentado 
considerablemente. 
"Hay gente que con la excusa de que 'es libre de gluten' llena el carrito del 
supermercado con pretzels, pastas, galletas… El mercadeo es bien agresivo y 
tramposo. Yo recomiendo una dieta sana, no una basada en alimentos que simulan 
todo lo que tiene gluten".
Con ella concuerda Diane Hoch, consejera nutricional certificada y fundadora 
de The Food Evolution, un programa de asesoría sobre alimentación 
saludable en línea. 
Hoch se olvidó del gluten hace cinco años, tras alimentarse durante toda su 
vida con la dieta estadounidense estándar con refrescos, donas y todo tipo de 
pan.
"La comida procesada está llena de azúcar, grasa y carbohidratos, tenga o no 
tenga gluten", dice a BBC Mundo.
"Por eso hay que comer frutas, vegetales, legumbres, nueces, semillas, comida 
de verdad. La gente dice que no tiene tiempo para cocinar, pero yo puedo 
enseñarles a preparar una deliciosa y saludable cena en los 30 minutos que toma 
ir a comprar comida rápida. Mi hija que va a la universidad estudia tomando 
jugos verdes en lugar de tazas y tazas de café. No hay excusa", sentencia.
Recetas por todas partes
"A mí me encantan los postres y preparo muchos con trufas, 
dátiles, nueces, cacao", dice Diane Hoch.
Las recetas de comida sin gluten se han multiplicado en Estados Unidos y 
América Latina: están en redes sociales como Instagram y en múltiples 
publicaciones especializadas.
Una de ellas es la revista Delight Gluten Free, cuya lectoría ha 
crecido "astronómicamente" desde que fue creada en 2008, según explicó su 
editora Vanessa Maltin a BBC Mundo. 
"Comer sin gluten ya no es una moda ni una tendencia, sino un estilo de vida. 
Si se hace utilizando productos naturales como frutas frescas, vegetales, 
proteínas y granos (como el arroz integral o la quinua) puede ser extremadamente 
saludable y deliciosa".
La canadiense Rossana Wyatt también creó en 2010 el blog Being Gluten 
Free donde aconseja y propone recetas a sus seguidores. Ella comenzó a 
cocinar de esta forma cuando su esposo enfermó de cáncer. 
"Fue un momento complicado, me dolían las articulaciones y tenía que 
estirarme todas las mañanas, además tenía una alergia que ninguna crema ni 
dermatólogo me podían quitar. Así que ensayé y decidí eliminar el gluten. A las 
tres semanas ya sentía la diferencia", asegura a BBC Mundo.
Sin embargo, dice que no recomienda esta dieta a todo el mundo, "pues 
nuestros panes y productos carecen de algunos minerales y nutrientes, por lo que 
hace falta tomar suplementos".
Su recomendación, la de siempre: visite a su médico antes de tomar cualquier 
decisión drástica referente a su alimentación.
 
 
 
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