Mientras tormentas invernales históricas golpean a una gran 
parte de Estados Unidos, California sufre la peor sequía de su historia. Por 
ello, llama la atención que el estado agrícola más valioso del país, esté 
utilizando miles de millones de galones de agua en producir heno, 
específicamente alfalfa, que luego es enviado a China.
La capacidad de los embalses de California ha disminuido 
considerablemente.
"Esto debería parecerse al Edén en este momento", se lamenta, en conversación 
con la BBC, el agricultor John Dofflemyer, mientras observa el valle marrón 
-brutalmente seco- con las vacas que aún posee, que comen del heno que ha tenido 
que comprar para mantenerlas saludables.
En los áridos campos del Valle Central de California, agricultores como 
Dofflemyer están vendiendo su ganado. Otros tienen que elegir cuáles cultivos 
recibirán agua y cuáles se marchitarán.
"Esta sequía tiene un impacto de largo alcance que va mucho más allá de 
California", asegura mientras el ganado se agrupa en una fila detrás de un 
pequeño tractor que transporta una única paca de heno.
"Nunca habíamos visto nada como esto, es nuevo para todos".
Contraste
California es el estado agricultor más grande de EE.UU.: la mitad de las 
frutas y verduras que se consumen en la nación se cultivan allí.
Los agricultores están pidiendo ayuda urgente, a los residentes se les 
aconseja que reserven agua y el gobernador advierte de niveles de sequía 
récord.
Sin embargo, en el otro extremo del estado, el agua fluye mientras los 
irrigadores la hacen caer en al menos un área del sur.
Los agricultores siembran heno mientras el sol brilla durante todo el año y 
lo exportan como alimento de ganado a China.
El sur del Valle Imperial, en la frontera con México, obtiene su agua del río 
Colorado que converge con el canal All American, una fuente vital para 
la región. 
La sequía que ha golpeado al Valle Central (izquierda) 
contrasta con el frondoso Valle Imperial, que obtiene agua del río 
Colorado.
De modo que cientos de héctareas del desierto están cubiertas de exuberantes 
campos verdes: en gran parte heno de alfalfa, un nutritivo alimento para 
animales que necesita mucha agua, que alguna vez sirvió de sustento a la 
industria láctea de EE.UU. y que ahora tiene un uso similar en China.
"Unos 100.000 millones de galones de agua se exportan cada año en forma de 
alfalfa desde California", asegura el profesor Robert Glennon, de la escuela de 
Derecho de la Universidad de Arizona.
"Es una cantidad enorme, suficiente para suplir la demanda de un millón de 
familias durante un año. Es muchísima agua, particularmente cuando se piensa en 
la terrible sequía que experimenta el suroeste del estado".
Manuel Ramírez de la empresa K&M Press es un exportador en el Valle 
Imperial, cuyos graneros están llenos de heno comprimido, envuelto en plástico, 
que luego es trasladado en contenedores al puerto, desde donde se envían a Asia 
y el Medio Oriente.
"En los últimos años las exportaciones a China se han multiplicado. 
Comenzamos hace cinco años y, desde entonces, la demanda de heno de alfalfa ha 
aumentado considerablemente", afirma.
"Aquí tenemos abundante agua que nos permite cultivar el heno para el mercado 
extranjero".
El bajo costo de los derechos de agua y el desequilibrio comercial entre 
EE.UU. y China, hacen que este negocio no sólo sea viable, sino también 
rentable.
"Realizamos más importaciones que exportaciones, por lo que muchas de las 
líneas navieras están buscando algo a cambio", explica Glennon. "El heno es uno 
de los productos que transportan".
Absurdo comercial
Hoy en día es más barato enviar alfalfa desde Los Ángeles a Pekín, que 
enviarla desde el Valle Imperial al Valle Central.
"Necesitamos entender que el agua es un recurso finito", dice. "En Estados 
Unidos, en cambio, la mayoría de nosotros piensa que el agua es como el aire, 
infinita e inagotable; en verdad, a todos los efectos prácticos, es finita y 
agotable".
El granjero Ronnie Langrueber cree que sembrando alfalfa está haciendo su 
parte para ayudar a la economía estadounidense a salir de la recesión.
"En mi opinión, es parte de la economía global", dice, y añade que sólo una 
fracción del heno va a China.
"Tenemos que hacer algo para equilibrar ese desequilibrio comercial y la 
alfalfa es una pequeña parte de lo que podemos hacer en el Valle Imperial para 
ayudar a resolver ese asunto", apunta, ante los micrófonos de la BBC.
Japón, Corea y los Emiratos Árabes Unidos compran heno 
californiano.
Para él, toda la discusión sobre la "exportación del agua" es una tontería, 
pues todas las exportaciones agrícolas contienen agua y hay pocos usos mejores 
para ella.
"¿Es más eficiente usar esa agua para regar el campo de golf donde juegan las 
estrellas de cine o que la utilicen los agricultores para producir un cultivo de 
exportación y crear un motor económico masivo que impulse al país?", se pregunta 
Langrueber.
Japón, Corea y los Emiratos Árabes Unidos compran heno californiano. El 
precio actual es tan alto que muchos productores de leche y ganaderos locales no 
pueden pagar el costo cuando no llueve y sus suministros habituales se vuelven 
insuficientes.
El ganadero John Dofflemyer resiente que se envíe heno -que es lo mismo que 
agua, en su opinión- al extranjero.
Es común ver a camiones de heno viajando rumbo al norte desde el Valle 
Imperial. A pesar de los altos precios, los agricultores deben comprar lo que 
puedan.
Incluso con las recientes lluvias en el norte de California, todavía hay una 
grave escasez de agua.
La sequía es a menudo una excusa para que los políticos construyan represas o 
reduzcan los controles ambientales, pero no para que discutan soluciones a largo 
plazo.
En esos lugares inundados de agua, donde el comercio global distorsiona el 
mercado local, las decisiones deben ser tomadas por aquellos que no tengan algo 
que ganar.
Y es allí donde todo se complica.
 
 
 
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