Por primera vez se ha relacionado un dramático cambio  climático global con el impacto en Quebec, Canadá, de un asteroide o un cometa.  Investigadores de la Universidad de Dartmouth, en Hanover, Nuevo Hampshire,  Estados Unidos, y sus colegas informan de que un cataclismo acabó con muchos de  los grandes mamíferos del planeta y podría haber llevado a los seres humanos a  empezar a reunir e incluir como parte de su comida otros alimentos, no sólo los  procedentes de la caza mayor.
 
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| Foto: SERGIODLAROSA | 
 
 
 
   El impacto se produjo hace unos 12.900 años, al inicio del  periodo Joven Dryas o Dryas Reciente, que marcó un cambio global abrupto a un  clima frío, más seco, con efectos de largo alcance sobre los animales y los  seres humanos. En Norteamérica, los grandes animales desaparecieron, incluyendo  mastodontes, camellos, perezosos terrestres gigantes y gatos dientes de sable.  Sus cazadores humanos, conocidos por los arqueólogos como el pueblo Clovis,  dejaron de lado las lanzas de alta resistencia y se volvieron hacia una dieta de  subsistencia de cazadores-recolectores de raíces, bayas y caza menor.
 
   "El enfriamiento durante el Dryas Reciente afectó a la historia  humana de una manera profunda", dice el profesor de Dartmouth Mukul Sharma, uno  de los coautores del estudio, cuyos hallazgos se publican la próxima semana en  la edición digital de 'Proceedings of the National Academy of Sciences'. "Las  tensiones ambientales también pueden haber causado que los Natufiense se  establecieran por primera vez en el Cercano Oriente y paracticaran la  agricultura", subraya este experto.
 
   El punto de vista clásico del enfriamiento durante el Joven  Dryas ha sido que una presa de hielo en la capa de hielo de América del Norte se  rompió, liberando una enorme cantidad de agua dulce al Océano Atlántico. Hasta  ahora, se ha pensado que esa afluencia súbita cerró las corrientes oceánicas que  mueven las aguas tropicales hacia el norte, lo que conlleva al clima seco y frío  del Dryas Reciente.
 
   Sin embargo, Sharma y sus coautores han detectado pruebas  concluyentes que conectan un impacto extraterrestre con esta transformación  ambiental  El informe se centra en esférulas o gotas de roca fundida  solidificada expulsadas por el impacto de un cometa o meteorito. Las esférulas  en cuestión fueron recuperadas de capas del Dryas Reciente en Pennsylvania y  Nueva Jersey, Estados Unidos, que fueron depositadas a comienzos del periodo. 
 
   Los perfiles de la geoquímica y la mineralogía de las esférulas  son idénticos a la roca que se encuentra en el sur de Quebec, donde Sharma y sus  colegas argumentan que tuvo lugar el impacto. "Por primera vez, hemos reducido  la región en la que se produjo un impacto en el Joven Dryas --dice Sharma_a  pesar de que aún no hemos encontrado el cráter". 
 
   Existe un cráter fruto de un impacto conocido en Quebec, el  cráter Corossal de 4 kilómetros, pero a la luz de la base de los estudios  mineralógicos y geoquímicos del equipo, no es la fuente del impacto del material  que se encuentra en Pennsylvania y Nueva Jersey.
 
   Se ha escrito sobre muchos impactos en diferentes partes del  mundo teniendo en cuenta la presencia de esférulas. "Pudieron haberse producido  múltiples impactos simultáneos para provocar los grandes cambios ambientales del  Joven Dryas --argumenta Sharma--. Sin embargo, hasta la fecha no se han  encontrado cráteres de impacto y nuestra investigación ayudará a realizar un  seguimiento a uno de ellos".
 
 
 
 
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