sábado, 20 de octubre de 2012

Últimos descubrimientos sobre la hormona del amor

Científicos de la Universidad de California investigan si la oxitocina puede utilizarse como antidepresivo. Además está experimentando con ella como ayuda contra la esquizofrenia
 
 


 
Dos experiencias tan placenteras y dispares como el orgasmo y la comunión entre madre y bebé durante la lactancia materna tienen en común la oxitocina, también conocida como hormona del amor o de los mimosos.
 
La observación de los buenos momentos asociados a este neuropéptido del hipotálamo ha llevado a Kai MacDonald y sus colegas de la Universidad de California a especular con la idea de que pudiera utilizarse como antidepresivo. Además, MacDonald está experimentando con ella como ayuda contra la esquizofrenia.
 
Antes de que las pruebas concluyan, ya hay avispados empresarios que comercializan por internet una análogo sintético de esta sustancia. En su publicidad aseguran que es útil frente a los síntomas de la ansiedad, la fobia social, el insomnio e incluso el autismo. Pero una visita a la más extensa base de datos de ensayos clínicos, PubMed, demuestra que, hasta ahora, se trata solo de tesis que deben ser demostradas.
 
Tras su hallazgo por parte del bioquímico estadounidense Vincent du Vigneaud, en 1953, el principal uso dado a la oxitocina ha sido en obstetricia, pues acelera las contracciones en el parto. Desde que se planteó la posibilidad de que influyera en la conducta social y la empatía se han estudiado sus aplicaciones para tratar el autismo, el síndrome de estrés postraumático, las disfunciones sexuales, la esquizofrenia y el estreñimiento, según una revisión clínica recogida en el Harvard Review of Psychiatry.
 
 

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