sábado, 3 de marzo de 2012

Ante el poco juego al aire libre conecte a sus hijos con la naturaleza

Estudio inglés afirma que menos del 10% de los niños del Reino Unido juega al aire libre.

 

Cultivar una planta, asumir el cuidado de una mascota o interactuar con animales los ayuda a crecer sanos.

 

Los niños de hoy no salen a la calle. Un estudio de la organización ambiental inglesa Natural England afirma que menos del 10 por ciento de los pequeños que viven en el Reino Unido juega en espacios naturales, en comparación con un 40 por ciento de los adultos de ahora, que sí lo hicieron durante su infancia. Además, el 62 por ciento de los menores manifiesta que su casa es el lugar preferido de juego y menos de la cuarta parte de quienes viven cerca de un parque lo visita dos veces por semana.
Los miedos asociados al juego al aire libre (a los extraños o a los accidentes) también se han convertido en razones para que se diviertan bajo techo, según datos de la Comisión de Desarrollo Sostenible de Londres.
"Tampoco ayuda el hecho de que no existan suficientes espacios verdes para que puedan jugar", afirma el psiquiatra infantil Álvaro Franco. Sobre este último punto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que haya 15 metros cuadrados de espacio verde por ciudadano, pero en Bogotá estos no llegan ni a los 5 metros.
"La falta de espacios no puede ser una excusa para que los niños no jueguen al aire libre -afirma el psiquiatra Christian Muñoz-. Este alejamiento de la naturaleza se debe, en parte, al descuido nuestro".
Recreo al aire libre
La preocupación por el poco contacto con la naturaleza también se vive en los colegios, en los que debería haber al menos un metro cuadrado de espacio verde por estudiante y lugares reservados para que los niños puedan cultivar plantas o dedicarse al cuidado de mascotas.
La psicóloga Irene Rodríguez sugiere que "debe haber huertas que les permitan ver el ciclo natural de la vida, y los centros educativos deben organizar paseos ecológicos en los que los niños puedan estar en contacto con los seres vivos que hoy conocen más a través de medios virtuales".
Crecen mejor
Los beneficios de estar en contacto con la naturaleza son múltiples, dicen los expertos: desarrolla la coordinación motora gruesa y el sistema músculo-esquelético; ayuda a quemar calorías y, por tanto, reduce los riesgos de obesidad temprana; descarga agresividad; mejora el sueño, ya que produce cansancio natural; favorece una buena nutrición, dado que al niño le da más hambre, e incentiva el crecimiento, por el contacto con el sol, el cual incide directamente en el nivel de calcio.
"Estar al aire libre, además, estimula las capacidades táctiles, visuales, olfativas y auditivas", añade el psiquiatra Muñoz.
De hecho, el contacto con la naturaleza puede ser visto como parte de una 'dieta balanceada' de experiencias de infancia, que promueve el desarrollo saludable de los niños y su bienestar, y fomenta desde muy temprana edad las actitudes positivas hacia la protección del medio ambiente.
Caminata saludable
Investigadores de EE. UU. hallaron mejoras significativas en niños con trastorno de déficit de atención asociado con hiperactividad (TDAH) después de una caminata de 20 minutos en una zona verde, comparada con otro tipo de actividad física o lúdica.
Aléjelos del sedentarismo
Poner a los niños en contacto con la naturaleza y alejarlos de prácticas sedentarias requiere muchas veces de un esfuerzo de los adultos. Estas son algunas recomendaciones:
Si su casa tiene jardín o si su edificio tiene parque, anímelos a que salgan a leer bajo un árbol. Si no dispone de zonas verdes cerca, identifique los parques de su ciudad y, semanalmente, visite uno.
Explore con sus hijos la naturaleza y anímelos a coleccionar rocas, hojas de árboles o fotos de animales, que luego guardarán en un lugar especial. Si tienen mascota, que la paseen al menos dos días a la semana.
Al menos una vez al mes visite con sus hijos un lugar campestre, en el que puedan estar en contacto con vacas, cabras, patos, pájaros o caballos. Actividades como plantar un árbol pueden ser un buen plan familiar.
Hay que cambiar rutinas y juguetes, pues las actividades repetitivas los cansan muy pronto. Compre un balón, un lazo, un hula hula o un 'frisbee' y salga a jugar. Aproveche también las ciclovías o construya con ellos un campamento al aire libre.

Fuente: ( El Tiempo )

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