domingo, 21 de septiembre de 2014

"El trastorno por déficit de atención e hiperactividad puede marcar la calidad de vida"


La conferencia inaugural de las I Jornadas Abulenses de Divulgación del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) será pronunciada el próximo 26 de septiembre por el doctor Alberto Fernández Jaén, jefe de la Unidad de Neurología Infantil del Hospital Universitario Quirón de Madrid, que en esta entrevista nos acerca a esta enfermedad que afecta al 5% de la población infanto-juvenil.

El doctor Fernández Jaén.  DA
El doctor Fernández Jaén. DA

Acaba de empezar un nuevo curso escolar y es en la escuela donde pueden manifestarse de forma más evidente el TDAH. ¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas dependen del individuo. Los más frecuentes son el despiste, la dispersión, el ensimismamiento. Estos a veces se acompañan (no siempre) de excesivo nerviosismo, intranquilidad, impulsividad… A veces se acompañan de problemas de conducta… en otras ocasiones de trastornos específicos del lenguaje o la lectura, que pueden enmascarar o camuflar los problemas atencionales. Debe acompañarse de un rendimiento inapropiado a la competencia del chico, y a veces, de problemas en la esfera social.

¿A qué edad puede diagnosticarse de forma clara?
Desde los 4 a los 6 años, puede sospecharse, e incluso entrenarse… y a partir de los 6 años, si los síntomas y la repercusión es evidente, diagnosticarse adecuadamente.

¿Es posible que el TDAH se manifieste en la adolescencia o bien siempre lo hace en la infancia?
Aunque los síntomas ya están presentes en la infancia, a veces pasan desapercibidos, especialmente cuando el comportamiento del niño es bueno (TDAH de presentación inatenta). Por otro lado, aunque los síntomas suelen ser claros en la infancia, a veces la repercusión no se manifiesta hasta edades posteriores, con el aumento de demanda social o académica.

¿Cuáles son las causas de la enfermedad?
Como todos los trastornos del neurodesarrollo, el origen es eminentemente genético, no siempre hereditario. La arquitectura genética del individuo le puede predisponer a la presentación de este trastorno. De hecho, tiene una elevada heredabilidad, próxima a la heredabilidad de la talla.

Fuente: DiariodeAvila

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