sábado, 1 de enero de 2011

Orígenes milenarios de la celebración del Año Nuevo

Es una de las fiestas más antiguas de las cuales se tiene registro, con unos 4 mil años de historia
 
 
Para conocer los orígenes de las celebraciones de Año Nuevo nos tenemos que remontar 4.000 años atrás. Las celebraciones babilónicas del año nuevo (las más antiguas conocidas) se iniciaban con la  primera luna creciente después del primer día de primavera; estaban asociadas con las nuevas siembras y con el florecimiento de varias plantas.
 
Esta es considerada la primera celebración que duraba 11 días y cada día tenía una manera peculiar de celebrarse y representaba algo distinto.

Los egipcios lo celebraban el 25 de marzo y coincidía con la primavera.

Para los romanos, el año nuevo estaba sincronizado con el sol. En un principio se celebraba en marzo, pero fue modificado en muchas ocasiones.

En el año 153 AC fue decretado que sea el 1 de enero; en el año 46 AC Julio César crea el calendario juliano y se vuelve a ratificar el 1 de enero como el inicio del año. El año 1.582 cuando entra en vigencia el nuevo calendario gregoriano, el papa Gregorio XIII ratifica el 1 de enero como la fecha de inicio de año.

Un error de cálculo “intencionado” por parte del monje Dionisio quien hizo el calendario, situó el inicio 7 años después, lo que significa que este año debería ser el 2018 y no el 2011 como lo tenemos fijado. Dionisio lo hizo así para  evitar que la fecha coincidiera con la asunción al trono romano del emperador Diocleciano, un perseguidor de los cristianos y que más bien coincidiera con el nacimiento de Jesús.

Esta confusión originó que otros pueblos celebren en distintas fechas acoplándolo a sus celebridades religiosas. Para los judíos este sería el año 5.772, que supuestamente son los años que pasaron después del nacimiento de Adán, el primer hombre. Para los musulmanes es el 1.431 y está relacionado con la vida del profeta Mahoma.

Durante la edad media solo en España se celebraba el 1 de enero, los británicos lo celebraban el 25 de marzo, los franceses el domingo de pascuas y los italianos el día de navidad que en ese entonces se celebraba el 15 de diciembre.

Hoy por hoy, debido a la expansión de la cultura occidental, el 1 de enero ha quedado como una fecha universal, se celebra con juegos pirotécnicos, distinguiéndose entre las más vistosas algunas ciudades como Sidney, Hong Kong, Londres, New York, Río de Janeiro, Sao Paulo, etc.

Las celebraciones en Sidney quizás sean las más vistosas, donde se lanzan 80.000 juegos artificiales; en Valparaíso asisten más de 2 millones de turistas para participar de la celebración pirotécnica más grande en un escenario natural que abarca 21 kilómetros y dura 25 minutos; en New York se calcula la participación de 3 millones de espectadores que celebran a lo grande en Times Square.  

La Nochevieja

Los antiguos europeos creían que la noche previa al año nuevo los espíritus que destruían las cosechas eran barridos; los chinos consideraban que había una lucha entre las fuerzas de la Luz (Yang) y las fuerzas de la oscuridad (Yin) y celebraban la victoria del Yang con ruidos de platillos y petardos.

En Norteamérica las colonias holandesas en el siglo XVII fueron quienes comenzaron celebrando la Nochevieja, aunque las tribus iroqueses ya lo celebraban desde muchos años atrás y estaban relacionadas con la cosecha del maíz. Los iroqueses celebraban haciendo una gran hoguera y arrojaban en ella muchas de sus pertenencias.

Cuenta la historia que las celebraciones del año 1.775 en New York fueron tan aparatosas y ruidosas que las autoridades dos meses después prohibieron  los petardos, las bombas de fabricación casera y el uso de las armas de fuego durante las celebraciones de año nuevo.

Fuente:(lagranepoca)

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