miércoles, 12 de enero de 2011

La ciudad que seduce a sus víctimas

Catorce islas, 57 puentes, museos, palacios y una catedral del siglo XIII te esperan en Estocolmo



En 1973, el famoso robo con rehenes al banco Kreditbanken le dio el nombre de esta ciudad a un curioso fenómeno. En aquel hecho, después de una semana en cautiverio, los rehenes liberados no quisieron declarar en contra de sus captores y una cámara de televisión hasta llegó a registrar el momento en el que una secuestrada besaba a su secuestrador.

 Posteriormente hubo otros episodios famosos, pero éste fue el primero en hacerse conocido y en bautizar este tipo de comportamiento como síndrome de Estocolmo.

Así explica la versión oficial el origen de esta denominación pero, a decir verdad, Estocolmo hace honor a esta conducta, ya que es difícil no ser cautivado por este reino y casi imposible no enamorarse de su capital.

 
 
La primera impresión es la de haber llegado a una ciudad sobre agua. Y la primera pregunta, con el mapa en la mano, es: ¿cómo se llega de este punto a este otro sin nadar?
Pero Estocolmo no se parece a Venecia ni a Amsterdam, a pesar de algunos elementos en común. Es la ciudad más grande y también la capital de Suecia, formada por catorce islas unidas a través de 57 puentes. Las vistas que ofrece, en cualquier momento del año, le dan la merecida fama de ser una de las ciudades más hermosas de Europa.

El Ayuntamiento, donde se realiza la entrega anual de los Premios Nobel, es uno de los edificios más fotografiados por los turistas. Es fácil de reconocer, con su torre con punta dorada y tres coronas en lo alto que representan el escudo de armas sueco. Lo difícil, en todo caso, es acertar el camino y tomar el puente correcto que nos lleve hasta ahí.

 
Estocolmo tiene mucho por recorrer y aunque las distancias resulten cortas a primera vista, el andar se hace largo. Las atracciones turísticas más importantes se concentran en cinco de sus islas, entonces teniendo en cuenta el tiempo disponible se puede organizar un tour a medida para aprovechar y ver los lugares más importantes de esta urbe moderna con corazón bien antiguo.

De junio a agosto, quizá la mejor época para viajar, las temperaturas rondan los 20 grados y los días pueden durar hasta 18 horas, ideales para aprovechar el tiempo y seguir conociendo sin prestar atención al reloj.

Gamla Stan

Todo comenzó en Gamla Stan, la antigua ciudad donde en 1252 se fundó la capital. Este encantador paseo medieval entre calles angostas, empedrados y construcciones coloridas nos lleva por típicos bares de cervezas, tiendas de recuerdos y antiguos cafés que mantienen la ilusión de vivir en otra época.

 
 
La Plaza Mayor, rodeada de restaurantes y negocios, es el centro del casco antiguo. Ahí se encuentra el Museo Nobel con todo lo referido a la historia de Alfred Nobel, del distinguido galardón y sus ganadores, a través de los años.

La catedral de San Nicolás está entre el Museo Nobel y el Palacio Real. Una breve parada basta para conocer esta construcción de ladrillos, que en su origen fue gótica y su nuevo estilo, alterado en épocas de remodelación, la convirtió en una iglesia barroca.

El Palacio Real requiere más tiempo, una visita guiada puede durar 45 minutos sin explorar los cientos de rincones que hay por conocer. Con saber que tiene más de 600 habitaciones ya uno puede imaginar las dimensiones de esta residencia. Una excursión por sus patios y jardines, los museos con tesoros de la realeza, antigüedades, hasta la historia de su armería pueden llevarnos toda la tarde sin advertirlo.

Como alternativa gastronómica, Suecia, madre de maravillas como el mercado de diseño y muebles Ikea, de la casa de moda H&M y otros negocios que causan furor en toda Europa, también tiene su versión local de las cafeterías Starbucks: Wayne's coffee, donde un desayuno o una merienda modesta.

Millesgarden

Djugaarden es una isla con abundantes espacios verdes donde se puede visitar Skansen, el museo más antiguo al aire libre, y conocer la historia de Suecia, así como visitar el Museo Vasa, con el inmenso barco construido en el siglo XVII, único en el mundo que aún se conserva desde esa época y una de las atracciones más importantes del país.

Quienes visitaron Oslo y quedaron impactados con el parque Vigeland, no deberían perderse Millesgarden, un parque de esculturas del artista sueco Carl Milles, construidas sobre una terraza en los acantilados de la isla de Lidingö. Un imperdible para los amantes del arte y la naturaleza.

Dos servicios de transporte unen los puntos turísticos más populares. Estos paseos panorámicos (sightseeing tours) se pueden realizar de manera combinada por tierra y agua.

Unas islas más lejos, todo rodeado de agua, bosques y un silencio de postal, se encuentra el Palacio de Drottningholm, la residencia de la familia real. Un edificio de estilo francés del siglo XVII, considerado el palacio mejor conservado en Suecia y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

 
 
Sólo las habitaciones del ala sur están reservadas como vivienda de los monarcas; el resto del castillo, el increíble Pabellón Chino, el Teatro Real y gran parte de sus jardines barrocos están abiertos al público casi todo el año, salvo del 13 de diciembre al 7 de enero.

Festejos reales

En el mundo de la realeza, hoy sólo se habla de lo que será la boda entre William de Inglaterra y Kate Middleton. Pero en el año que acaba de concluir, este país también hizo su aporte en la materia, cuando Victoria de Suecia se casó con el plebeyo Daniel Westling, en lo que fue la boda del año para la monarquía europea.

Estocolmo fue el escenario de una fiesta que aún hoy se vive en la ciudad y con la que todo turista se encuentra especialmente en las tiendas de souvenirs, donde la imagen de la heredera al trono y su marido se puede llevar a casa en forma de vajilla, llaveros y cajas de chocolate.

Junto a las fotos y postales de la princesa, una serie de personajes suecos se venden en estas tiendas dedicadas al turista. La imagen de Pippi Calzaslargas, una legendaria muñeca pelirroja con trenzas, protagonista de literatura para niños, y el caballo de Dala, rojo y de madera, uno de los símbolos de este reino, son los más populares.

Fuente: ( El Universal.mx )

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