sábado, 8 de enero de 2011

El insólito caso de la naranja-limón

En toda su dilatada trayectoria como agricultor no había visto nada igual. Otro labradores más veteranos tampoco tienen noticias de un hecho similar en el Camp d'Elx. La moderna biotecnología es capaz de producir nuevas especies agrícolas a base de combinar genes de diferentes productos, pero en esta ocasión la naturaleza ha superado a los científicos.



Y es que Antonio Valero, presidente de la Comunidad de Labradores de Elche, dio hace unos días en su plantación de naranjos de Jubalcoi con una fruta muy singular: un híbrido natural de naranja y limón, con la corteza repartida a medias entre ambas frutas. «Estaba echando un vistazo a la plantación cuando me llamó la atención ver una fruta quen tenía parte de su piel amarilla. Al acercarme descubrí que era un cruce entre naranja y limón».
Valero inspeccionó el naranjo del que brotó el híbrido, así como otros átboles vecinos, sin encontrar otro espécimen similar. Dado que en la plantación tiene también un limonero, Valero interperta que el raro ejemplar puede ser producto de una polinización cruzada entre ambas especies de cítricos. «Probablemente alguna abeja ha fertilizado una flor del naranjo con polen del limonero y el resultado ha sido éste».
Lo que llama la atención de Valero y de los sorprendidos agricultores a quienes ha enseñado la naranja-limón es que, pese a la habitual coexistencia en muchas fincas agrícolas de naranjos y limoneros, no se tenga conocimiento de un hecho similar en el campo ilicitano. La naturaleza tiene sus reglas para que cada variedad vegetal se polinice entre sí y no haya posibilidad de cruces entre especies diferentes. Sin embargo, de vez en cuando esas reglas se rompen, como en este caso.
Antonio Valero halla en su finca de Elche un fruto híbrido que combina las dos variedades de cítricos

Un curioso hallazgo, cuyo sabor es un misterio. ¿Sabrá a naranja o a limón, o realmente a una mezcla de los dos? Por el momento Valero no quiere averiguarlo. Para su propietario, es más intrigante su aspecto externo que el presumible sabor de la pulpa.
La piel está repartida a medias entre las dos variedades cítricas, aunque la del limón sobresale más, como si estuviera pegada a la naranja. Y para añadirle más rareza al asunto, una tira amarilla limonera cruza de arriba abajo la mitad anaranjada.
Su propietario seguirá atento por si en lo que queda de cosecha se produce otro fenómeno igual, aunque lo cree improbable. «Esperaremos a la próxima primavera a ver si se vuelve a producir el fenómeno», añade.

Fuente: (laverdad.es)

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