El pasado 8 de diciembre la tormenta superó todas las proyecciones, por la presencia de un frente frío proveniente de Colombia, y causó inundaciones, que se cobraron diez vidas, más de 15.000 afectados y daños materiales aún no cuantificados en el centro y oriente del país.
La descomunal fuerza de las aguas arrastró miles de toneladas de tierra de las orillas de los lagos Gatún y Alhajuela, afectadas desde hace décadas por la deforestación, lo que centuplicó el nivel de turbiedad, superando la capacidad de purificación del líquido en la potabilizadora de Chilibre.
Los capitalinos panameños han dejado de beber agua directamente, algo de lo que se ufanaban por ser considerada "la más pura del mundo", y se resignan a comprar el líquido embotellado, enfrentándose también a la especulación y la escasez.
Este sábado, el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN) puso en circulación 95 camiones cisternas para abastecer hospitales, cárceles, el aeropuerto internacional de Tocumen y las zonas altas de la ciudad, mientras a diario publica las zonas que no reciben agua por la red y con mensajes en radio pide a la población no beberla si antes no la cuela y hierve.
De los 135 millones de galones (unos 512 millones de litros) diarios que debe producir la planta de Chilibre para casi un millón de personas, actualmente alcanza el 75 por ciento, pero el anuncio de la llegada de un nuevo frente frío, posiblemente a partir de este domingo, desató la alarma.
Según un mensaje en twitter de la meteoróloga panameña Annette Quinn, lluvias fuertes caen hoy en la provincia caribeña de Colón, al norte de la capital, y se espera precipitaciones en la capital esta tarde, mientras se enfila uno de tres frentes fríos hacia Centroamérica, procedente de México. EFE
Fuente: ( EFE VERDE )
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