miércoles, 12 de enero de 2011

El poder curativo de las artes marciales

El valor de las “artes de guerra” no está en derrotar un ataque de ninjas en el estacionamiento, sino en lo que el entrenamiento hace por nosotros todos los días.
Desde la antigüedad, los diversos sistemas de combate que componen las artes marciales, traducido literalmente como “artes de guerra”, han sido practicados y perfeccionados. Las películas, novelas y cultura popular están llenas de destreza marcial y destrucción masiva, pero existe otro aspecto: el entrenamiento holístico, el cual establece, mantiene y restaura la salud y el bienestar.
Alineamiento y mecánica del cuerpo

La naturaleza fundamental del entrenamiento marcial es la enseñanza de métodos de interacción con diversas fuerzas, el recibir, distribuir y armonizar con ellas. Se le da prioridad al aprendizaje de un alineamiento correcto y tener una mecánica corporal adecuada durante el entrenamiento básico.

El cuerpo es una plataforma desde la cual se puede empujar, jalar, rotar y desplazar. Aprender la manera correcta de posicionar el cuerpo, mientras uno se mueve a través del espacio, es necesario para tomar ventaja de nuestra conexión con la tierra para tener estabilidad y facilitar la manifestación de poder.

Los pies conectan las piernas con el suelo. El entrenamiento de las artes marciales fortalece cada parte del cuerpo, desde el centro a través de sus extremidades, la clave para tener estabilidad y la habilidad de empujar y jalar.

El valor del entrenamiento en las artes marciales no está en derrotar un ataque de ninjas en el estacionamiento, sino en lo que el entrenamiento hace por nosotros todos los días. La cocina se vuelve nuestro campo de entrenamiento; rastrillar hojas o excavar nieve puede suponer ejercicios antiguos.

Los principios básicos de las artes marciales, tales como “arraigarse” desde las posiciones de pie (pararse establemente) o lanzar puños y agarrar, las cuales son versiones de jalar y empujar, técnicas de ejercicios frente a espejos, tienen el fin de enseñarnos armonía biomecánica. Un buen número de técnicas, como Pilates y Feldenkrais, tienen sus raíces en las artes marciales.

Un ejemplo de por qué los movimientos correctos son importantes, se puede encontrar al examinar lo que pasa cuando empujamos o jalamos un objeto. Cuando empujamos o jalamos un objeto, este empuja de vuelta hacia nuestro esqueleto con la misma fuerza. La postura y alineamiento  apropiado durante la acción es necesaria para distribuir la fuerza hacia áreas que pueden soportar la carga de rato en rato.

Con el tiempo, la repetición inapropiada de cualquier acción, que implica fuerza, puede destruir elementos del sistema musculoesquelético. Piense en cuántas puertas abrirá en toda una vida, y es igual al levantar pesos en el gimnasio, mientras más alta sea la resistencia (carga), mayor será el potencial de lesión.

Incorporar estos principios a nuestras vidas diarias es tremendamente beneficioso para nuestra salud y bienestar, desde negar el daño potencial de patrones de movimientos inapropiados, hasta cambiar malos hábitos por buenos. La consciencia que es fomentada y desarrollada en las artes marciales tiende a quedarse con nosotros después del entrenamiento.

Tal entrenamiento nos enseña la importancia y habilidad de prestar atención a la manera en la cual nos movemos y a lo que se mueve a nuestro alrededor. Ya que la mayoría de los accidentes serios ocurren en la casa, esto puede ser un salvavidas.

Resistencia física a la adversidad
Fortalecer los huesos, tendones y músculos es una tradición ancestral en las artes marciales. La habilidad de soportar golpes al cuerpo humano y ejecutarlos es crucial para la destreza marcial.

Los métodos para hacerlo también tienen efectos benéficos para la aplicación terapéutica. Fortalecer los huesos y tejidos conectivos pueden prevenir o revertir los efectos de condiciones que los debilitan. Los ejercicios de fortalecimiento también pueden prevenir o retardar las manifestaciones de tales condiciones.

Reconstituyente 

Las lesiones son un hecho de la vida en el entrenamiento de artes marciales. Antes, la necesidad de restaurar y curar el cuerpo era una prioridad. A menudo el secreto yace en los ejercicios básicos del entrenamiento y en las formas. El foco primario es establecer una base y desarrollar habilidades necesarias para avanzar.

Los huesos, así como los músculos y tendones deben ser fuertes. Los instructores de artes marciales enfatizan el alineamiento apropiado del cuerpo para asegurar que una mayor fuerza y velocidad se mantenga verdaderamente, sirviendo para proteger el cuerpo al ejecutar una técnica, incluso cuando ocurre espontáneamente.

Muchas artes marciales tienen conexiones y raíces en la medicina aborigen. Métodos altamente efectivos y únicos pueden ser encontrados desde la antigüedad en los sistemas de África, India, China y en todos los pueblos aborígenes y regiones del mundo que tienen abundantes tradiciones de artes marciales ligadas a las artes y ciencias de la supervivencia.

El entrenamiento de las artes marciales tiene incontables analogías con nuestra vida diaria. Tal entrenamiento es un arte curativo ancestral que puede prevenir lesiones y prolongar la vida al reforzar nuestra consciencia situacional y a la vez nos da herramientas para manejar adversidades mentales y físicas que de otra forma podrían derribarnos.

Fuente:(lagranepoca)

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