sábado, 25 de junio de 2011

El Hard Rock Cafe cumple 40 años

La cadena cuenta con 133 cafés y 15 hoteles repartidos por 50 países

 

Rita Gilligan vio los primeros jeans de su vida durante una entrevista de trabajo. "Allí estaba aquel tipo de 21 años y pelo largo, que bebía cerveza de la botella y fumaba un porro", recuerda Gilligan, hoy de 70 años. "Era escandaloso para la época en Londres".

El tipo de pelo largo era el estadounidense Peter Morton. En junio de 1971 fundó con un amigo un restaurante norteamericano en la capital británica. Desde entonces, el Hard Rock Cafe se convirtió en una rentable franquicia con locales en todo el mundo. Y este fin de semana celebra su 40 cumpleaños con un festival en el Hyde Park.

La cadena cuenta con 133 cafés y 15 hoteles repartidos por 50 países. En ellos, unos 32.500 empleados se ocupan de atender cada año a unos 50 millones de clientes que guardan incluso horas de cola para probar su "fast food". Los beneficios también llegan a través de la venta de cerca de 12 millones de camisetas, gorras, pins y otros productos.

Nadie habría soñado con llegar tan lejos hace 40 años. Londres, hoy una de las metrópolis más hippies del mundo, era entonces, ante todo, la estricta capital inglesa. "Todo el mundo vestía traje con corbata y zapatos relucientes", apunta Gilligan, que cuando contaba 30 años se presentó para ocupar un puesto de camarera en el Hard Rock Cafe. "Yo era bastante conservadora y hasta entonces había trabajado sobre todo en restaurantes tradicionales", recuerda.

Morten y su socio, Isaac Tigrett, sólo contrataban a camareras experimentadas y mayores de 30 años que hubieran trabajado en restaurantes tradicionales. Pero su proyecto tenía poco que ver con los típicos locales londinenses de entonces. A Morten y Tigrett les molestaba no poder comer una buena hamburguesa en Reino Unido, así que fundaron su propio restaurante. En él, los clientes podían beber cerveza directamente de la botella y comer con los dedos mientras de fondo sonaba Rock'n'Roll.

Aunque muchos londinenses se mofaron de la idea, el restaurante, próximo al Hyde Park, consiguió hacerse pronto con una clientela propia. "Las estrellas del rock se sentían cómodos entre nosotros nosotros porque todo era muy alocado", cuenta Gilligan. Los Beatles, los Rolling Stones, Queen, Pink Floid: todo el que tuviera un nombre en la escena musical británica pasaba por el Hard Rock.

Animados por los buenos resultados en Londres, Morten y Tigrett iniciaron la expansión de la empresa en 1982. En los 90, una cadena hotelera compró el negocio y en 2007 la tribu norteamericana de los indios seminolas se hizo con la empresa por casi 1.000 millones de dólares (705 millones de euros).

Una empresa así se presta a multitud de historias y mitos. De eso se ocupa ahora Gilligan, "delegada de cultura", como reza su tarjeta de visita. En la práctica, se dedica a viajar por el mundo, enfundada en su uniforme de camarera, para contar a los periodistas las leyendas que nutre el espíritu de la marca.

"En una ocasión, entró Eric Clapton y dejó una guitarra sobre el mostrador", cuenta. Para tí, le dijo el músico a Tigrett. Éste le respondió que no sabía tocarla y entonces Clapton le sugirió que la colgase en la pared. Así lo hizo y a los pocos días el guitarrista de "The Who" Peter Townshend llegó con uno de sus instrumentos. "La mía es tan buena como la suya", dejó claro.

De esas dos guitarras se pasó a las 73.000 piezas de colección actuales, entre ellos una chaqueta de cuero de Madonna, un bastón de cristal de Prince, la última guitara de Jimi Hendrix o instrumentos de BB King, Lenny Kravitz y Marilyn Manson.

Es precisamente esa cercanía a las estrellas lo que hizo a la cadena tan popular. En la fiesta de aniversario que celebrará en Hyde Park participarán Rod Steward y Bon Jovi, entre otros. Y también Rita Gilligan. "Como todos los años", comenta.

Fuente: ( la prensagrafica )

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