jueves, 16 de junio de 2011

La internacionalización de la Amazonia

JUAN JOSÉ BOCARANDA E. 

La Tierra está quedando sin farmacia y sin pulmones. Día tras día, su principal beneficiario, “el hombre”, se encarga de carcomerle grandes extensiones, sustituyendo vegetación y fauna por eriales y charcos. Tal es el caso de la Amazonia, es decir, de la selva amazónica que, en  el centro y el norte de América del Sur, comprende la cuenca del río Amazonas, abarcando unos seis millones de kilómetros. Allí se está dando la desgraciada paradoja de que para alimentar a los seres humanos se les está matando el futuro. 

Lo que es como decir “pan para hoy y hambre para mañana”, pero con el agravante de que, sacrificando la Amazonia y el futuro de la humanidad, se está alimentando sobre todo el bolsillo de los ganaderos. Y ello al punto de que alguien ha dicho que se está destruyendo el Amazonas “para alimentar vacas”.

Ahora bien, se suele caer en la injusticia de las abstracciones y de las generalizaciones. Y, así, decimos que “el hombre” está destruyendo la naturaleza, cuando en realidad no es “el hombre”, sino determinados sujetos -con nombres y apellidos- los que perpetran graves delitos contra la ecología, reduciendo a cenizas el futuro de la humanidad, sin que ni el Derecho ni el tan mentado “Estado de Derecho” logren detener la aniquilación con efectos más o menos significativos, ante la indiferencia de muchos.

La indiferencia de muchos, pero no de todos, pues no faltan personas conscientes que alzan su brazo -y su cerebro y su corazón- con asomos de protesta.

Ese es el caso de Cristovao Chico Buarque, exgobernador del Distrito Federal y exministro de Educación de Brasil: cuando se realizaba un debate en una universidad de Estados Unidos, alguien le preguntó qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia. El norteamericano que formuló la pregunta, agregó que esperaba la respuesta de un humanista, no de un brasileño.

Buarque respondió que como brasileño sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia, pero que desde una ética humanista no sólo debería internacionalizarse la Amazonia sino también todas las reservas petroleras del mundo, porque el petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad, como la Amazonia para el futuro. 

Agregó que también, por razones obvias, debía internacionalizarse el capital financiero y los grandes museos del mundo, al igual que Manhatan, París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia... “Cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero”.

Y expresó:  “Si EUA quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil”. Y, para finalizar, refiriéndose a la deuda de los países: “Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merece los cuidados del mundo entero. 

Mucho más de los que se merece la Amazonia. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir. Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia sea nuestra. ¡Solamente nuestra!”.

Hay hombres (y mujeres) que valen mucho más de lo que lucen y de lo que pesan. A diferencia de otros que solamente pesan por mucho que se esfuercen por lucir.
 
Fuente: ( el sol de margarita )

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