sábado, 18 de diciembre de 2010

Así ve el diario ABC de España "la construcción de un dictador"

La decisión de gobernar por decreto antes de que la oposición llegue al nuevo Parlamento termina de quitar la careta al autócrata de Caracas. Como sabe que ya no cuenta con la mayoría absoluta parlamentaria, los dos tercios, para imponer su programa radical socialista, el presidente venezolano, Hugo Chávez, ha obtenido plenos poderes para los próximos 18 meses, con los que va a asumir personalmente las competencias de la nueva Asamblea Nacional plural que se instalará el 5 de enero. Chávez tiene ya 20 decretos listos. Su argumento son las lluvias y la atención de los pobres, pero el diputado opositor Ismael García señala que «es un truco y una excusa lo de la tragedia climática. Los poderes los va a utilizar para su campaña electoral de 2012». Los 65 diputados opositores, representados en la Mesa de la Unidad Democrática, MUD, han rechazado y repudiado el «paquete de leyes cubanas» que ha impuesto Chávez por calificarlos de «ilegal, inconstitucional e inmoral». En pocos días el «Parlamento rojo» ha acelerado la aprobación de este paquete de leyes junto a la Habilitante, que faculta al mandatario a legislar en casi todos los sectores. El presidente venezolano ha ordenado en una semana lo que no hizo en cinco años cuando tenía el control de todos los poderes en sus manos. Son leyes hitlerianas, califica el académico Alexander Luzardo...

... y agrega: «Hitler también tenía una Ley de Protección de la Nación y del Estado, parecida a la de Chávez, en la que se secuestran a las organizaciones políticas y se les impide su fuente de financiación (hoy se incluyen a las Ong)».

Chávez es una mezcla de comunismo, populismo y fascismo, dice Luzardo. Crea una maqueta o un modelo socialista que tiene partes de Cuba, Unión Soviética y Pol Pot de Camboya por la reordenación política territorial (las comunas y la creación de ciudades socialistas). Muchos analistas venezolanos como el director del diario «Tal Cual», Teodoro Petkoff, han sentido la curiosidad de revisar la historia para ver cómo Adolfo Hitler se convirtió en dictador con los plenos poderes que le dieron los alemanes en 1933, y han encontrado semejanzas con el proceso que ha seguido el presidente Hugo Chávez.

La trayectoria del III Reich Pero el auge de Hitler no contó con los votos de los socialdemócratas y en 1937 el Parlamento alemán le vuelve a dar por segunda vez amplios poderes, lo que le dio otros cuatro años, cuando llevaba 12 en el poder. «Chávez también tiene casi 12 años mandando y sumará 4 años de poderes especiales con la última habilitación que aprobó la Asamblea Nacional roja este viernes, con la cual se corona como dictador», afirma a ABC el ex senador Alexander Luzardo, ex jefe de medios de la campaña de Chávez en 1998. El cuento de «Caperucita roja y el Lobo» también se puede aplicar a la historia de Chávez, quien siempre ha negado ser comunista aunque sí admite ser marxista y castrista. Los comunistas venezolanos aseguran que infiltraron a Chávez en la Academia Militar, donde a duras penas se graduó de teniente coronel por influencias de Rafael Caldera, fundador del partido democristiano Copei, según cuentan sus compañeros de armas.

Tras dirigir la asonada golpista del 4 de febrero de 1992 fue entrevistado en la cárcel por esta corresponsal. No pudo proclamarse dictador en ese momento porque fue derrotado por el presidente Carlos Andrés Pérez pero la mayoría de sus planes los ha ido forjando gracias a la falsa fachada democrática, que asumió para avanzar en sus propósitos absolutistas.

Chávez editó un librito rojo, la nueva Constitución, con 69 leyes socialistas y la reelección presidencial indefinida que fue rechazada por votación popular en el referéndum de 2007. Al año siguiente triunfó el referéndum de la reelección ilimitada pero el pasado 26 de septiembre la oposición ganó con el 52 % las legislativas (65 diputados de los 165 de la unicameral) para frenar su proyecto castro-comunista.

«Zarpazos jurídicos» Las reformas de los medios de comunicación —conocida como Ley Resorte y la Ley de Telecomunicaciones— crea un cerco a los medios independientes e impone censura a internet y a las redes. También faculta al mandatario a intervenir o cerrar un medio por «interés nacional».

«Chávez está dando el último paso que separa a una democracia formal de una dictadura de hecho. La Ley Habilitante, la ley Resorte y la Ley de Universidades no son en sentido estricto leyes, son zarpazos jurídicos destinados a destruir los restos democráticos que pervivían en la república venezolana», señala Fernando Mires en su artículo «Populismo y Gorilismo». Mires considera que con sus plenos poderes Chávez anulará la voluntad popular manifestada el pasado 26 de septiembre, y amedrentará más a la prensa, la radio y televisión. También pondrá fin a la autonomía universitaria «aplastando a su principal enemigo social y cultural: el movimiento estudiantil».

Chávez está a punto de convertirse en propietario monopólico de todas las organizaciones políticas y públicas, de la comunicación social, de las instituciones y empresas, poder económico, petróleo, banca, comercio, producción, banca, finanzas, y el poder represivo a través de la Fuerza Armada Nacional.

«No hay en toda Iberoamérica un gobierno que acumule en sí mayor cantidad de poder. Si eso no es una dictadura, nadie sabrá jamás lo que es una dictadura», concluye Mires, politólogo chileno y académico universitario en Alemania.

Ludmila Vinogradoff
ABC, España

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