martes, 28 de diciembre de 2010

Chartres, entre laberintos y fantasmas

Su impresionante catedral que se comenzó a construir en 1134 atrapa a cada visitante




Para algunos es la más bella catedral del mundo. Lo que es seguro es que ninguna acumula tantos misterios.

Un breve viaje en tren o una apacible expedición en auto te lleva desde París a una ciudad pequeñita a las que pocos se animan.

Es demasiado encandilarte su catedral y van sólo por el día, con ese pretexto. Pero Chartres es un bombón, literalmente. El chocolate y el paté artesanales que ahí degustarás, no lo encontrarás en ningún otro lugar del mundo.

Chartres tiene apenas 40 mil habitantes y eso es lo mejor de todo. El espíritu medieval no se respira de otra manera que caminando por sus retorcidas calles y contemplando edificaciones algunas de las cuales son del siglo XII.

Los vecinos reconstruyeron viejos molinos y lavaderos; tendrás que trepar para escalar desde el río hasta la Catedral, pero valdrá la pena. Además, no es que abunden, pero hay muy buenos restaurantes y alguna creperie.

No creas que en Chartres todo es arquitectura, historia y misterios. También hay muy lindas tiendas y ferias artesanales, festivales musicales y buena onda. Si te da la gana puedes embarcarte en una lanchita por el Eure y hay un pequeño tren para llevarte por las calles más pintorescas.

Puedes enterarte de todo y asesorarte sobre un buen hotel en la Oficina de Turismo que queda muy cerca de la Catedral donde, naturalmente, harás tu primera parada.

En un día luminoso los vitrales te pueden dejar sin respiración. Por fuera y por dentro merece la fama que tiene.

 
 
Los tesoros de Chartres
La descripción de Chartres puede ser interminable, y un pretexto cualquiera para comenzar, pueden ser sus vitrales. Los más antiguos datan de 1180, cuando la catedral todavía no existía: pertenecían a otra construcción religiosa. La mayoría están fechados entre 1205 y 1240, cuando la tierra todavía era plana y el Universo giraba en su derredor. Se los considera los mejores trabajos en cristal en toda la historia de la humanidad.

En 1836 un incendio destruyó el armazón de madera de su techo, algo descomunal. Para que no volviera a ocurrir, lo reconstruyeron en hierro fundido con un techo de cobre que también es único en el mundo.

Continuando la tradición druídica que consagraba el lugar a una deidad femenina, la iglesia estuvo dedicada a la Virgen María. En la cripta todavía hay un muro galoromano. Se comenzó a construir en 1134, pero no sabían en qué líos se metían. Falló la cimentación y tuvieron que desmontar la portada piedra por piedra. Luego de eso hubo un incendio fulminante. A partir de allí y en una clarísima declaración de mutua envidia con París, Chartres tuvo su catedral terminada en 30 años, lo cual es un récord de arquitectura religiosa y de impresionante explotación de credulidad de contribuyentes y obreros.

El famoso rosetón de la entrada y uno de los arbotantes bajos, únicos en el mundo.

¿Quieres más misterios? En el siglo IX Carlos el Calvo le regaló a la congregación la túnica que se supone vestía la Virgen María en el día de la Anunciación. Cuando ocurrió el incendio hubo rumores de que era un castigo de Dios por tanta vanidad. Pero después del incendio removieron los escombros de la Cripta y encontraron la túnica intacta. Razón demás para duplicar esfuerzos y ornamentar la Catedral con ¡175 representaciones de la Virgen!

Si te toca un día de sol radiante, no hagas lo que indica la lógica, salir a caminar por el pueblo. No, es el día justo para volver a la Catedral y avanzar por la nave central con la luz inundando el lugar filtrada por los vitrales y generando nuevas perspectivas pues el piso está en desnivel creciendo hacia el altar, lo cual es otro dechado de genialidad arquitectónica.

 
 
Son 130 metros de largo y 37.5 de alto. Hay iglesias más grandes, pero ésta no es impresionante por ser descomunal, sino por todos estos detalles que te estamos contando.
Admira las bóvedas y arbotantes, consíguete un amigo arquitecto y que te lo cuente.

Particularmente pídele que te explique la cuestión de los arbotantes, otra de las peculiaridades de Chartres. Los superiores son impresionantes, pero en nada diferentes a otros que puedes encontrar en iglesias de la época. Los arbotantes inferiores son dobles, unidos por columnillas radiales que conducen a los contrafuertes externos y se complementan con los contrafuertes internos.

Decididamente, luego de los accidentes iniciales, nadie quería que la iglesia se les viniera abajo. Y lo vienen logrando desde antes que a los charrúas se les diera por cortarse las falanges de los dedos cuando se les moría un pariente y continúan en pie, ahora que otros indígenas en lugar de machacarse los dedos salen a romper vidrieras cuando un resultado de fútbol no les gusta. Así que, a la luz de esto, ni se te ocurra andar prejuzgando a tipos que les daba por construir semejantes iglesias cuando estaban aburridos.

El agnosticismo no da para tanto, ¿dime qué obra descomunal hizo cualquier tipo que no tuviera una fe rabiosa en alguna cosa? Por ejemplo, los anticlericales de la Revolución Francesa, con todas las cosas buenas que iniciaron, también tuvieron de las otras pues, aparte de la guillotina, se les había ocurrido tirar abajo esta catedral. No te creas que desistieron por el trabajo que daba, la dejaron en pie porque no sabían dónde poner los escombros.

Los laberintos de Chartres
En el mismísimo eje de la nave central, si no vas espantando moscas, verás en el piso un círculo de 13 metros de diámetro. Baldosas blancas y negras forman un sendero que circunvoluciona hasta llegar al centro, aunque deberás escoger el camino para no equivocarte y para no hacer trampas pasando por arriba.

 
 
Acuérdate de que estás en una iglesia y haz las cosas correctamente, para variar. Aseguran que este laberinto tenía en su centro una placa de bronce con las figuras de Teseo, Ariadna y el Minotauro. Parece que no era la única iglesia con laberinto, pero es una de las pocas que lo conserva. A la placa de bronce la sacaron durante la revolución francesa para fabricar cañones, lo cual es un agravio para Teseo y para todos los ovillos del mundo, aparte de una estupidez.

Pues bien, ese laberinto data de 1205, nada menos, y si quieres hacer las cosas como en el Medioevo, deberías recorrerlo de rodillas hasta llegar al centro. A propósito del centro: instálate en él y mira el Rosetón que caracteriza la fachada. Ahora imagínate que esa pared de frente se recuesta sobre el suelo; en ese caso quedarías justamente en el centro del Rosetón. No me digas que los misterios no tienen su encanto. ¿Qué habrán pretendido los Templarios? El hecho es que este laberinto tuvo su fama y los vecinos de Chartres lo reprodujeron en varios lugares, dando otro pretexto a tu viaje.

Fantasmas en Chartres
Los misterios de Chartres comenzaron antes de que los cristianos llegaran, cuando los druidas escogieron el punto elevado donde luego se erigió la Catedral, para sus cultos a deidades femeninas. Porque Chartres es femenina por donde la mires, aunque su origen entronque con los caballeros templarios que no las querían ver ni en una estampita.

Puedes encontrar teorías, que entroncan Chartres con la diosa Isis de los egipcios y con las teorías conspirativas según las cuales Jesús estuvo casado u ¡horror de horrores! era mujer.
Pero no te olvides que lo que te trajo a Chartres fue la religiosidad, o tu amor por la arquitectura, o tu pasión por la belleza, o la imperiosa necesidad de conocer, conocer todo lo que sea posible, porque así somos los que adoramos los viajes.

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