martes, 28 de diciembre de 2010

Promueve El Nido protección de aves en extinción rompiendo mitos

“Duele en el corazón” dejar que se pierda una especie: Estudillo

 A través de una fórmula innovadora que busca romper mitos, el tercer aviario del mundo, El Nido, tiene el objetivo de que la gente conozca la belleza que encierra la naturaleza para que de esa forma la valore y cuide su entorno.




En entrevista, Jesús Estudillo Guerra, director del aviario ubicado en Ixtapaluca, estado de México, consideró necesario que la gente esté educada y tenga conciencia sobre los tesoros que la rodean y de esa forma contribuya a conservarla.

"Jacques Cousteau decía que nadie ama aquello que no conoce y nadie protege aquello que no ama", por lo cual es importante que la gente conozca y aprenda, por ejemplo, de su encuentro con un quetzal y de su hábitat, explicó.

Sostuvo que de acuerdo con Sócrates existen tres valores fundamentales: la verdad, la bondad y la belleza. "Yo soy un convencido de la belleza; para mí la belleza es un fin en sí mismo" que da la oportunidad de generar, producir y cuidar.

Estudillo Guerra advirtió que "cada especie que se pierde es irrecuperable; se habla de la clonación y de muchas cosas, pero la realidad es que la extinción es para siempre. Algo que desaparece ya no se recupera", y de esto las personas deben estar conscientes.

"Dejar que se pierdan -las especies- es algo que duele en el corazón", por lo que visitar el tercer aviario del mundo y convivir con esta belleza, ver diferentes ecosistemas, más de tres mil aves, de más de 320 especies, innumerable plantas, es una oportunidad única, aseguró.

El hijo del reconocido ornitólogo aviculturista Jesús Estudillo López indicó que estar al frente de este proyecto que inició su padre le deja la responsabilidad de seguir trabajando para reproducir otras especies.

Por ello impulsa seis programas de reproducción de aves en peligro de extinción, como son: el quetzal, el pavón, la guacamaya serrana, las águilas arpía, elegante y real, precisó.
Luego de sostener que este trabajo es producto de una pasión, lamentó que los políticos no den la atención y el apoyo suficientes para preservar la riqueza natural del país, y que muchas veces se frenen proyectos de reproducción dentro de El Nido por la falta de recursos.

El funcionamiento de El Nido tiene un costo mensual de entre 500 mil y 700 mil pesos, recursos cubiertos con donaciones monetarias y en especie, así como de las entradas al parque, pero "a veces a duras penas los alcanzamos".

Ante este escenario, Estudillo Guerra invitó a la población a visitar El Nido y a hacer donaciones a la cuenta de Banamex 5981455, sucursal 512, a nombre de Vida Silvestre Jesús Estudillo López, para ayudar a concretar diversos proyectos de reproducción que se tienen pendientes para la preservación de aves.

En la labor de reproducción, los convenios nacionales e internacionales son primordiales, pues además de reflejar la confianza de otros gobiernos en la Fundación Vida Silvestre, base de investigación de El Nido creado por el doctor Estudillo López, permite la sobrevivencia de especies como las grullas de Asia.

Aquí se trata de buscar parejas a las aves. Por ejemplo, dijo, hay un jabirú macho único en México, "que un día va a morir y necesita reproducirse" y por ello se buscan convenios o intercambios con instituciones en el mundo para que no se pierda la especie.

En este punto, agradeció el apoyo de Martín Vargas y Benjamín González, del departamento de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), quienes facilitan los permisos de salida y entrada de ejemplares del país.

En entrevista por separado, Raymundo Hidalgo, director operativo del aviario, expuso que la forma de acercar a la gente a las aves es diferente, porque el ave está en su hábitat y es la persona quien visita sus "hogares".

Los visitantes del aviario pueden estar incluso a centímetros de las aves y en algunos casos hasta "romper el mito de no tocar", pues hay especies que están acostumbradas a convivir con los humanos luego de un proceso de adaptación y de permitir que les den de comer en la mano.

Lo que se ve en El Nido es producto de horas de investigación, sobre todo del doctor Jesús Estudillo padre, quien obtuvo a nivel mundial diversos reconocimientos por su labor de más de cuatro décadas en pro del rescate de aves amenazadas o en peligro de extinción.

En sus investigaciones realizó numerosas expediciones a sitios vírgenes de los trópicos, enriqueció bancos genéticos del mundo con especímenes antes desconocidos, como especies de crácidos, y desarrolló vacunas para virus de origen aviar, además de obtener distinciones por su labor a nivel mundial.

A lo largo de su historia, El Nido ha cambiado su hombre, en un principio fue sólo una colección privada y el lugar era conocido como "La Siberia", pues era donde Estudillo López se internó por días para poder lograr reproducir un ave, como lo hizo en el caso del quetzal, símbolo del escudo guatemalteco.

El aviario se construyó hace 47 años con fines de investigación para la reproducción de aves en peligro de extinción, y desde hace cuatro años se decide abrir este paraíso para contar con ingresos económicos que permitan concretar los proyectos de investigación e iniciar con una labor educativa.

Está construido en 80 mil metros cuadrados donde se reproducen cinco microecosistemas, y ofrece instrucción a estudiantes de todos los niveles de educación y personas interesadas en la vida de las aves, así como actividades en las que tendrán otro tipo de contacto con la riqueza que ofrece "la madre tierra".

Los guías de este parque ecológico ubicado en el municipio de Ixtapaluca, estado de México, en la avenida Acozac 52, ofrece a los visitantes diversos mensajes y actividades sobre la importancia de la reproducción y conservación de faisanes, urracas, turacos, tucanes, loros, flamencos, entre otras aves, que están en peligro de extinción.

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