sábado, 26 de marzo de 2011
Feria Internacional del Vino Ecológico (Pamplona). Ruta del vino ecológico
Visitamos tres bodegas navarras que utilizan procesos naturales para elaborar sus caldos 
En la película ‘Entre copas’, el bueno y depresivo Miles  recorría junto a su amigo Jack media California buscando las mejores  bodegas para ahogar sus penas en el fondo de una botella de Cabernet  Souvignon. En el camino, entre escabrosos líos de faldas, encontraban  buenos caldos, algunos más modestos y otros que provocarían las iras del  mismísimo Baco. No hace falta irse tan lejos para hacer enoturismo. GPS  te propone una ruta ecológica a través de los viñedos navarros donde  disfrutará de buenos vinos. No te garantizamos aventuras amorosas y  desenfreno a la americana. A cambio, podrá pasear a caballo entre  viñedos, viajar en globo y comer de lujo.
Bodegas Lezaún (Lakar)
A los pies de las sierra Urbasa y Andia, en el municipio  de Lakar, se levantan las bodegas Lezaún. Allí, las uvas maduran en un  peculiar microclima de transición entre el atlántico y el mediterráneo.  De generación en generación, sus propietarios llevan elaborando con mimo  ricos caldos desde 1780, que fermentan sin prisas en una vetusta sala  de barricas que se construyó en el siglo XIX. Cuando la mayoría de  bodegueros comenzaron a adoptar técnicas industriales para elaborar sus  productos, los de Lezaún decidieron apostar por la tradición. En la  actualidad, cuidan de la vid sin pesticidas y dejan que la bebida tome  cuerpo sin productos químicos. Y tanta paciencia se nota. Prueba de ello  es el potente Lezaún Gran Reserva de 2007 (12,20€), un tinto a base de  graciano, tempranillo, garnacha y cabernet vendimiadas a mano.
Una buena excusa para acercase hasta el bello enclave  navarro es comer en el asador de la propia bodega (Reservas: 948 541  231). Allí podrá disfrutar de productos de temporada, carnes y pescados a  la brasa. El menú degustación, que permite elegir entre ricos bocados  como un sabroso crujiente de cordero ecológico con salsa de oporto o un  espectacular rodaballo sobre hongos con salsa de avellanas sale por unos  36,50 euros. Para bajar la comida, la bodega ofrece paseos en coche de  caballos por los viñedos. Anímese, se sentirá como Richard Channing en  Falcon Crest. 
Bodegas Aroa (Zurukuain)
Los de Aroa explican que su nombre viene del euskera y  que en el mundo de la agricultura significa «momento óptimo, ideal para  trabajar la tierra». Y es que, aunque la moderna arquitectura de su  espectacular bodega invite a pensar lo contrario, es así, con respeto a  la tradición, como cultivan las tres viñas de 16 hectáreas de donde  extraen racimo a racimo, la materia prima para envasar con mimo sus  botellas. Su tierra arcillosa y la ausencia de pesticidas, herbicidas y  demás componentes químicos alumbran variedades de uva tinta como el  tempranillo, cabernet sauvignon y merlot que adquieren tonalidades  únicas al abrigo de la serranía navarra. 
Aunque sus tintos son muy potentes, entre el catálogo de  caldos que ofrecen destaca el Aroa Larrosa de 2010 (6 €), un rosado de  «notas de frutas rojas como frambuesas y pequeñas fresas silvestres». Si  usted es de los que no consigue apreciar esos aromas, quizás puedan  ayudarle en una de las clases que organiza la bodega. Y como el vino  entra mucho mejor con el estómago lleno, el restaurante de la bodega  cuenta con un menú degustación cuyos platos están cocinados sólo con  ingredientes procedentes de la agricultura y la ganadería ecológica que  abre boca con un aperitivo y continúa una selección de platos y postres  por 40 euros por persona. Pruebe el ‘regalo de cordero con crema de  calabaza y jengibre con verduritas salteadas al wok’, es un pecado.  (Reservas: 948 921 995 y restaurante@aroawines.com).
Bodegas Quaderna Vía (Igúzquiza)
Los hermanos Raúl y Jorge Ripa decidieron que el nombre  de Quaderna Vía le iba al pelo a la nueva bodega que acababan de  construir. Y es que sus vinos son pura poesía en el paladar. Sin química  pero con mucha física elaboran sus caldos «como se hacía hace 50 o 60  años». En lugar de sulfitos, utilizan levaduras y clarificantes  naturales y juegos con cambios de temperatura para alumbrar vinos como  el Quaderna Vía Especial (5,5 €), todo un caldo de altura con un precio  bien ajustado. Y hablando de alturas, los bodegueros organizan unos  espectaculares paseos en globo aerostático desde el que disfrutará de  una privilegiada panorámica de los viñedos. Si no tiene vértigo, la  excursión despega los fines de semana, cuando el tiempo lo permite.  (170€/ persona. Reservas: 948 554 083 y en la página web  www.quadernaviaenelaire.com).
Fuente: ( elcorreo ) 

 




 
 
 
 
 
 
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