miércoles, 30 de marzo de 2011

Eran niños, no princesas los sacrificados mayas

Es un mito decir que ofrendaban jóvenes vírgenes en el Cenote Sagrado de Chichén Itzá, aseguran especialistas.



Tras varios meses de exploraciones de campo, el arqueólogo subacuático Guillermo de Anda Alanís con un grupo de especialistas de la Universidad Autónoma de Yucatán han llegado a una conclusión: es un mito que los mayas sacrificaban a princesas vírgenes en el Cenote Sagrado de Chichén Itzá. Tras un minucioso estudio de más de 20 esqueletos humanos al interior del fondo del río subterráneo que conduce al Cenote Sagrado, dentro del complejo arqueológico maya, el 79% de los restos óseos encontrados corresponden a infantes que, al momento de morir, tenían entre tres y 13 años de edad.

"Muchos de los niños que fueron arrojados al cenote presentan marcas de violencia alrededor de su muerte, por lo que podría tratarse de niños que primero mueren a causa de enfermedades naturales y después son procesados para alguna ceremonia en especial". 

Los mayas rendían sacrificios a Chaac Xib Chac, divinidad que propiciaba las lluvias y que residía en el Xibalbá, sitio donde creían se originaba la vida. De hecho en el Popul Vu se cuenta el mito de los Hermanos Gemelos que fueron sacrificados a este dios y lanzados al agua, poco tiempo después renacieron en forma de peces, transformándose en el Sol y la Luna después de vencer a Xibalbá.

De acuerdo al especialista en antropología esquelética y catedrático investigador de la Facultad de Ciencias Antropológicas de dicha institución, de las seis osamentas plenamente identificadas, dos corresponden a niños y cuatro a personas adultas.

"La sangre del hombre era la ofrenda más valiosa que se le podía ofrecer a los dioses mayas, esperando un intercambio", señaló De Anda Alanís.

Los estudios forenses indican que, aún dentro de las osamentas adultas, más de la mitad pertenecieron a hombres. El 61% de este 21% restante corresponde a osamenta masculina.

"Hubo violencia alrededor del momento de la muerte, ya sea por el sacrificio humano o por algún otro tipo de proceso", explicó el espeléologo.

Además del cementerio humano que encontraron, como prueba de los sacrificios que hicieron los mayas para vincularse con sus dioses, los investigadores encontraron fragmentos de jade, piedra labrada y cuchillos de pedernal.

También localizaron restos óseos de animales que corresponden a perros, venados y jaguares, la mayoría con evidencias de violencia.

"Nunca habíamos registrados huesos humanos asociados a la fauna que fuera tan evidente que hubieran sido colocados al mismo tiempo". Los mayas creían que ciertos animales podrían acompañar a los humanos y guiarlos al inframundo.

Por seguridad para evitar saqueos, el espeléologo evitó decir el punto exacto de entrada al Cenote Sagrado.

Luego los buzos de la Universidad de Yucatán nadaron aproximadamente unos 25 metros en forma horizontal por una caverna, continuando la inmersión pero verticalmente unos 50 metros, antes de llegar al fondo del cenote.

"Aún está por determinarse la edad que tenían los cuerpos al momento de fallecer", informó el catedrático.
 
Fuente : ( tabascohoy )

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