martes, 14 de junio de 2011

El mito de las leyendas urbanas

Cultura popular. Son historias inverosímiles, que se presentan como reales, y que suelen tener como protagonista "al amigo de un amigo". El folklorista norteamericano Jan Harold Brunvand las recopila y analiza en "El fabuloso libro de las leyendas urbanas", una obra que acaba de publicarse en España.


NATALIA ALAMINOS VALENCIA Quien mas y quien menos habrá escuchado alguna vez en su vida -puede que sin advertirlo- una leyenda urbana. La mayoría comparte tres elementos básicos: son historias inverosímiles, que se presentan como reales, y que tienen como protagonistas "al amigo de un amigo". Si es de los que cree que el cuerpo de Walt Disney permanece congelado aguardando a que un milagro de la ciencia lo resucite, o le han contado alguna vez cuando Ricky Martin sorprendió a una niña manteniendo relaciones sexuales con su perro en un conocido programa de televisión, es usted una víctima de las leyendas urbanas.

Estas fábulas populares suelen ser transmitidas oralmente y están totalmente integradas en la cultura popular de nuestro tiempo. Tanto es así, que los investigadores de la narrativa oral moderna llevan ya más de medio siglo estudiándolas. El premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez dijo una vez en un ensayo que "debería hacerse una antología de esas historias que se repiten por todo el mundo, y que, según quienes las cuentan, están verificadas por testigos". Su deseo ha sido cumplido por Jan Harold Brunvand, especialista en folklore de la Universidad de Utah, que acaba de publicar en España El fabuloso libro de las leyendas urbanas, una exhaustiva recopilación de los cuentos más representativos del género.

Traspasan fronteras

Las leyendas urbanas traspasan fronteras, y aunque las recogidas por Harold Brunvand en su libro tienen su origen en el ámbito anglosajón, muchas de ellas nos resultan familiares. ¿Se acuerdan de la chica de la curva? La historia cuenta que una joven que busca quien la lleve a casa aparece ante los viajeros en la carretera, en un tramo próximo a una curva peligrosa, durante una noche neblinosa. Cuando sube al vehículo permanece en él silenciosamente hasta que desaparece misteriosamente de repente.

A veces se dice que antes de desvanecerse alerta al conductor del peligro o que, al no hacerlo, este muere en un accidente. En el libro esta leyenda se llama El autoestopista desaparecido, y cuenta con una trama similar, pero en este caso el personaje alerta al conductor antes de desaparecer que el fin del mundo está cerca.

Otra historia muy popular es la que Harold Brunvand recoge con el título La rata frita de Kentucky. Hay múltiples versiones de esta, pero el núcleo común a todas ellas es el hallazgo de roedores, o partes de roedores, en alimentos, generalmente procedentes de cadenas de comida rápida. Aunque es cierto que se han interpuesto demandas de este tipo, rara vez los narradores de esta historia han vivido la experiencia en primera persona, o conocen la existencia de una denuncia. Relacionada con la presencia inesperada y desagradable de animales está la leyenda de la serpiente en la tienda, que casi siempre implica a una inocente señora que sufre la picadura de un reptil mientras examina el género de un local comercial.

El material que utiliza el autor en el libro procede de cartas enviadas por los lectores de sus anteriores libros, de artículos de prensa y emisiones de radio y televisión, de estudios de folklore y también de Internet. La abundancia de historias le ha permitido contrastar las diferentes versiones que existen de una misma leyenda e incluso rastrear su origen. Una de las más antiguas que aparecen en la obra es Por qué despedí a mi secretaria, que según el autor lleva en vigor al menos desde la década de 1920. Se cuentan los motivos que llevaron a un hombre a despedir a su atractiva secretaria. Era el día de su cumpleaños y su familia había olvidado felicitarle. Cuando llega a la oficina su secretaria le invita a comer y luego sugiere que vayan a su casa. Una vez allí la joven se mete en el baño y el hombre aprovecha para quitarse la ropa, siendo sorprendido desnudo minutos después por sus amigos y familiares, que habían preparado una fiesta sorpresa en la casa. Este relato es un ejemplo clásico de xeroxlore, término que utilizan en EE UU para designar las anécdotas y bromas que circulan en fotocopias por las oficinas.

Existe una gran variedad de leyendas urbanas. Las hay de terror, cómicas y eróticas; totalmente descabelladas o más mundanas, pero en general es fácil identificarlas: todas llegan demasiado lejos para resultar creíbles.

Las historias macabras fluyen por la red

A menudo las leyendas urbanas son reflejo de los miedos e inquietudes que perturban a la gente, y por ello contienen una moraleja que funciona a modo de advertencia: no hables con extraños, no te fíes de las apariencias, sé más cuidadoso, etc. Esta faceta está siendo explotada por Internet, donde se difunden las historias más macabras. Ligues de discoteca que meten pastillas en la bebida para robar órganos, coches que circulan de noche con las luces apagadas y que a la señal de advertencia te persiguen hasta asesinarte, personas ficticias con enfermedades terminales que piden donaciones y un largo etcétera. Los correos electrónicos en los que aparecen suelen finalizar con amenaza de maldición para el lector que no reenvíe el mensaje.


Fuente: ( levante )

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