miércoles, 1 de junio de 2011

Los corales pueden sufrir un impacto catastrófico este siglo

Arrecifes de corales
Arrecifes de corales | Archivo

Las altas emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera podrían tener un efecto devastador en los arrecifes de coral para fines de siglo, según un nuevo estudio.
 
Un grupo de científicos llegó a esa conclusión tras estudiar tres sitios en el suelo marino en Papua Nueva Guinea, que presentan condiciones de acidez similares a las que se cree existirán en los océanos del planeta en menos de 100 años.
 
Los sitios estudiados son filtraciones volcánicas, fisuras en el fondo del océano que permiten el escape de gases, creando un entorno más ácido. Se trata de verdaderos "laboratorios naturales" que hacen posible predecir el impacto futuro de una de las mayores amenazas que enfrentan los corales, la acidificación de los océanos.
 
Al aumentar la acidez en torno a las filtraciones, los corales acusaron cambios drásticos. "Sólo pudimos ver pocas especies y no estaba presente ninguna de las más complejas estructuralmente, que son las más importantes para los peces", dijo a la BBC uno de los autores del estudio, Chris Langdon, especialista en corales de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami.
 
Aún había formación de corales cerca de las filtraciones, pero fundamentalmente de la especie Porites, que se asemejan en aspecto a grandes piedras y carecen de las ramificaciones características de otras especies.
 
La estructura tridimensional de los arrecifes es lo que ofrece una oportunidad de que muchas especies de peces vivan y se refugien allí.
 
Acidificación
Cerca de un tercio de las emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera son absorbidas por los océanos. Cuando el CO2 entra en el océano, reacciona con el agua del mar, produciendo ácido carbónico, aumentando su acidez.
 
Las crecientes emisiones de dióxido de carbono, procedentes principalmente de la quema de combustibles fósiles, han hecho que la acidificación del océano aumente un 30% en comparación con los niveles preindustriales, provocando que el pH de las aguas superficiales de los océanos haya descendido 0,1 unidades. El pH es una escala logarítmica, por lo que cada variación numérica representa variaciones a gran escala. Un cambio de una unidad de pH significa un incremento de 10 veces.
 
La acidificación de los océanos produce además una reducción en la cantidad de los llamados iones carbonato en el agua, que muchos animales marinos necesitan para poder formar esqueletos y conchas.
 
"Grandes pérdidas"
El pH en las filtraciones de Papua Nueva Guinea es de 7,8, un nivel considerablemente más ácido que el promedio actual de 8,1 para los océanos del mundo.
 
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) predice que debido al aumento en las emisiones de CO2 el pH caerá hasta 7,8 a fines de siglo.
 
"Las filtraciones son probablemente lo más cercano que tenemos a una simulación del impacto del aumento en las emisiones de dióxido de carbono en los corales. Nos permiten ver qué sucede con las complejas interacciones entre especies en condiciones de mayor acidez", explica Chris Langdon.
 
"La investigación se suma a las evidencias cada vez mayores de que es necesaria una transición rápida a un futuro con menos emisiones de CO2, si queremos minimizar el riesgo de grandes pérdidas en los arrecifes de coral".
 
El estudio determinó además que a un pH de 7,7 cesa la formación de todo tipo de corales.
 
Otra de las grandes amenazas que enfrentan los corales es el aumento en la temperatura de los océanos, que puede hacerles perder su pigmentación, cuando mueren las algas de las que se alimenta. El fenómeno es conocido como blanqueamiento de corales.
 
En el estudio participaron, además de Chris Langdon, científicos del Instituto de Ciencas Marinas de Australia y del Instituto Max Planck de Microbiología Marina en Alemania.
 
Los resultados de la investigación fueron publicados en la edición de junio de la revista Nature Climate Change

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