sábado, 17 de noviembre de 2012

¿Peligra la unidad de Estados Unidos?

Una oleada de peticiones de secesión de estados que integran Estados Unidos inundó la página web de la Casa Blanca justo después de que Barack Obama lograra la reelección presidencial.
 
Texas es el estado que más firmas ha recabado para su secesión de Estados Unidos
 
Lo que empezó como una aparente reacción de enfado de ciudadanos de algunos de estados considerados afines al Partido Republicano por la derrota de su candidato, Mitt Romney, terminó por contagiar a todo el país
Al punto que, casi dos semanas después, cada uno de los 50 estados de la Unión tiene su propia petición, planteada directamente al poder ejecutivo estadounidense.
Están en la página "We the people" (Nosotros los ciudadanos), una iniciativa lanzada por la propia Casa Blanca el año pasado con la intención de darle voz a la ciudadanía y recoger sus quejas.
Más allá de su eficacia o pertinencia política, la nueva corriente secesionista ha cobrado cierta relevancia en los medios y en las redes sociales, dando lugar a acaloradas discusiones entre los internautas.
Incluso lleva a algunos a preguntarse qué tan comprometida está la unidad político-administrativa de los Estados Unidos.

¿Unión en peligro?

Ecos de la Guerra Civil

La palabra secesión en Estados Unidos remite inevitablemente a un triste capítulo de su historia: la Guerra Civil que entre 1861 y 1865 enfrentó a los estados del Norte (la Unión) con once estados del Sur (los Estados Confederados de América), que habían proclamado su independencia.

Todo comenzó con la secesión de Carolina del Sur. La victoria de los estados de la Unión puso fin a los impulsos secesionistas, que desde entonces se consideran ilegales en el país.

“La secesión es ilegal desde la Guerra Civil”, le explicó Nicole Hemmer a BBC Mundo.

“No hay una posibilidad política o un proceso formal para independizarse del Estado Federal. La única vía sería la rebelión armada”, sostuvo.

"No", responde con contundencia Nicole Hemmer, profesora del Departamento de Historia de la Universidad de Miami, quien forma parte del grupo de historiadores, politólogos y expertos en leyes que le quitan importancia a la movida ciudadana.
Aún así, las firmas que solicitan la secesión "pacífica" de cada estado se multiplican conforme pasan los días.
La mayor parte de las peticiones simplemente cita la primera frase de la Declaración de Independencia de Estados Unidos, en la que los fundadores del país establecieron su derecho a "disolver los lazos políticos" y formar una nueva nación.
Texas es el estado que más apoyo ha recibido con diferencia. Son más de 100.000 las firmas que respaldan la petición de independencia, superando con creces las 25.000 adhesiones necesarias para que la Casa Blanca tome en cuenta la solicitud y emita una respuesta, que no tiene por qué ser favorable.
Cabe recordar que Texas votó por Romney con una diferencia de más de 15 puntos porcentuales sobre Obama.
El texto de la petición texana se queja de "flagrantes abusos" de los derechos de los estadounidenses.

Razones económicas

Sin embargo, los argumentos de quienes piden la secesión en otros estados son, sobre todo, de carácter económico. Muchos ciudadanos consideran que su estado funcionaría mejor si fuera independiente y no tuviera que contribuir con sus recursos económicos al presupuesto federal.
Pero, como recuerda Dana Milbank, columnista de opinión del diario The Washington Post, muchos de los estados que más firmas han recabado reciben del gobierno federal más de lo que pagan.
Milbank cita como ejemplo los casos de Luisiana, Alabama, Carolina del Sur y Misuri, si bien reconoce que en el caso de Texas, que cuenta con la riqueza del petróleo, aporta más de lo que recibe.
"Los más fervientes defensores de los recortes en el gasto público tienden a proceder de los lugares del país que más dependen de él", escribió Milbank el pasado martes.

La Casa Blanca, receptora de quejas

"Nosotros los ciudadanos"

El derecho a hacer peticiones al gobierno está garantizado por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
Si una petición consigue el apoyo suficiente, el personal de la Casa Blanca la revisará, se asegurará de que se remite a los expertos correspondientes y emitirá una respuesta oficial.
Se deben seguir tres pasos: primero, revisar las peticiones abiertas relacionadas con el asunto que le preocupa; si su caso no existe, crear una nueva; si la solicitud supera el umbral de firmas necesarias en un plazo de 30 días, el gobierno dará una respuesta.
Para contrarrestar las peticiones de secesión, hay otras iniciativas que buscan el efecto contrario.
Hay una petición para que "Estados Unidos permanezca unido". Otras para que "retiren la ciudadanía de todos aquellos que han pedido la secesión". Y una más que pide "que aquellos que se separen, paguen todo lo que deben antes de independizarse".
La Constitución de Estados Unidos no contempla ninguna provisión para dirimir estos casos de deseos de secesión de la Unión.
El hecho de que las peticiones estén alojadas en una página oficial del gobierno estadounidense es llamativo, puesto que la Casa Blanca no es la primera puerta a la que debería acudir un estado que realmente quisiera separarse del resto del país.
La discusión tendría que comenzar en una asamblea estatal, y debería pasar por la Cámara de Representantes y por el Senado en Washington antes de acercarse al ejecutivo.
Esto sin olvidar que, como dice la historiadora Nicole Hemmer, la secesión es ilegal en Estados Unidos.
BBC Mundo se puso en contacto con la Casa Blanca, donde un portavoz confirmó que cada petición que supera las 25.000 firmas se revisa y recibe una respuesta.
"Como regla general, no comentamos sobre el contenido de las respuestas hasta que estas se emiten a los peticionarios", señaló la fuente.

Frustración postelectoral

En cualquier caso, el sistema que se ha seguido parece confirmar la teoría de quienes aseguran que se trata más bien de un gesto de enfado que de una iniciativa verdaderamente independentista.
La acción puede ser simbólica pero refleja el descontento de una parte de la ciudadanía con el resultado de la elección presidencial.
Nicole Hemmer le recordó a BBC Mundo que "la Unión no está en peligro".
"Lo que los medios a veces olvidan es que por todas esas miles de personas que han firmado a favor de la secesión de su estado, hay muchos miles más, millones incluso, que no lo han hecho.
"Todas estas peticiones son sólo la expresión de la frustración postelectoral", concluyó Hemmer.
 
 
Fuente: BBC MUNDO

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