En Sudáfrica no se acostumbra que los niños miren a los adultos 
a los ojos. Se considera irrespetuoso.
 
|  | 
| 
Un documental de BBC, "Mi familia y el autismo", se adentra en 
el mundo de esta afección. | 
 
Pero que un pequeño no mire a los ojos a los adultos es una de las 
características de déficit social que la medicina occidental suele buscar en 
niños con síntomas de autismo. Y al notarlo, suelen inclinarse por un 
diagnóstico positivo.
¿Cómo hace, entonces, la medicina de Europa y Estados Unidos -que han 
liderado los estudios de la afección- para identificar casos de autismo en niños 
sudafricanos?
No es una respuesta fácil. Un reciente artículo de la revista científica 
Nature resaltó el hecho de que la cultura habitualmente no es tenida en 
cuenta en el diagnóstico de esta afección de origen aún debatido que perjudica 
la interacción social y comunicacional del individuo. 
Una de las señales del autismo podría ser, por ejemplo, que los niños finjan 
repetidamente cumplir años: que inviten a amigos, corten pastel y canten. Pero 
en algunas partes de Sudáfrica los aniversarios no se celebran.
Como dijo la autora del artículo de Nature, Sarah DeWeerdt, "el 
estudio del autismo en el mundo debe tener en cuenta una variedad de normas de 
conducta en diferentes sociedades". 
¿Qué papel ha tenido la cultura en la investigación y la detección del 
autismo? ¿Y cuál es el problema con un diagnóstico desde la perspectiva 
occidental? ¿Y qué se puede hacer al respecto?
BBC Mundo consultó a varios especialistas para responder a estas y otras 
preguntas.
Autismo sin cultura
"Nuestras exploraciones con el autismo en 
diferentes culturas es bien intencionada, pero años de investigación en EE.UU. y 
Europa nos han llevado a pensar en síntomas que asumimos son universales. No 
obstante, creo que esto está empenzado a cambiar"
Courtenay Norbury, Universidad Royal 
Holloway
Alexandra Perovic, investigadora en psicología y lenguaje de la Universidad 
de Londres (UCL, por sus sigla en inglés), le comentó a BBC Mundo: "La mayoría 
de los estudios sobre autismo han sido conducidos por países de Europa 
occidental y EE.UU., por lo que hay una inmensa parcialidad dentro de la 
comunidad de investigación".
De hecho, durante muchos años se creyó que el autismo estaba ligado a la 
cultura occidental y a la modernidad. Se pensaba que era un trastorno 
prácticamente inexistente en otros ámbitos culturales.
"Pero el desorden tiene una base biológica", dijo Perovic. "Por eso, podría 
esperarse que haya niveles de prevalencia similares en diferentes países".
Sin embargo, hay una inmensa diferencia en el número de diagnósticos: por 
ejemplo, un estudio estimó que en Corea del Sur hay una prevalencia del 2,6% 
entre los niños, que es más del doble de la proporción que se registra en 
EE.UU.
El método y la subjetividad del médico afectan la manera como se interpreta 
el comportamiento de un pequeño.
"Es muy probable que las diferencias culturales influyan en las tasas de 
diagnóstico de autismo en el mundo", afirmó Perovic.
El problema
En China, los niños deben mostrar respeto por los mayores en su actitud 
corporal y su comportamiento social. Sin embargo, en Occidente suele ocurrir que 
un menor le falte el respeto a un adulto.
Esta es una de las fotos ganadoras del concurso de fotografía 
2012 de la Sociedad Nacional de Autismo de Reino Unido. El niño se llama James y 
la autora, su madre, Annie Elliott.
La interacción de los pequeños con los adultos es considerado un referente 
clave en el diagnóstico.
"Si no se tiene en cuenta que algunos comportamientos comunes en una cultura 
no son comunes en otras, se puede caer en interpretaciones erróneas", afirmó 
Perovic.
Por su parte Courtenay Norbury, una médica psicóloga de la Universidad Royal 
Holloway de Reino Unido que ha trabajado en zonas con gran diversidad étnica en 
el este de Londres, le dijo a BBC Mundo: "El problema con no tener en cuenta la 
cultura es que podemos exagerar el diagnóstico del autismo".
Y puso como ejemplo estudios realizados en Corea del Sur, que han detectado 
autismo en niños que nunca habían tenido problemas de comunicación.
Pero también, afirmó Norbury, existe el problema contrario: "Encontrar 
menores con espectro autista en lugares donde nunca antes se ha diagnosticado, 
donde no hay recursos ni conciencia de las familias".
¿Qué se puede hacer?
Norbury dijo que para resolver el dilema de la cultura en el diagnóstico del 
autismo habría que pasar mucho más tiempo en determinados contextos para 
entender los patrones típicos de los vínculos sociales.
"La idea sería ver qué tipo de interacciones ponen a los niños en desventaja 
y causan estrés en la familia", precisó.
Counterbury añadió que la clave está en expandir las fronteras de la 
investigación en prácticas como la etnografía de campo y los trabajos en los que 
confluyen investigadores de varias culturas.
Una portavoz de la Asociación Nacional de Autismo de Reino Unido, Jennie 
Sheldon, le comentó a BBC Mundo: "No se trata de 'desoccidentalizar' la 
investigación, sino de que otras culturas tomen nuestra investigación y la 
adapten a su propio trabajo".
Norbury concluyó: "Nuestras exploraciones con el autismo en diferentes 
culturas son bien intencionadas, pero años de investigación en EE.UU. y Europa 
nos han llevado a pensar en síntomas que asumimos que son universales".
"No obstante, creo que esto está empenzado a cambiar".
 
 
 
0 comments:
Publicar un comentario