sábado, 20 de noviembre de 2010

El Caspio, ¿un lago o un mar?

Moscú, 20 nov (EFE).- El Caspio, que no tiene salida al mar, pero contiene agua salada, ¿es un lago o un mar? La pregunta no es baladí, ya que de su respuesta depende el control de una de las mayores reservas de hidrocarburos del planeta.



"El reparto del Caspio debe ser justo", afirmó esta semana Mahmud Ahmadineyad, presidente de Irán, uno de los cinco países bañados por las aguas del Caspio (Rusia, Kazajistán, Azerbaiyán y Turkmenistán).

Ahmadineyad hizo estas declaraciones durante la tercera cumbre de países del Caspio que se celebró en Bakú, capital azerbaiyana, y en la que los líderes participantes prometieron que el próximo año responderán de una vez por todas a esa cuestión.

Lo que ocurre es que lo que el líder iraní entiende por justo -la división en cinco partes iguales de ese mar interior o mayor lago del planeta- no coincide con lo que piensan el resto de países ribereños.

Si fuera un lago, los países estarían obligados a repartirse equitativamente los recursos y los beneficios de la explotación del Caspio, mientras que si es un mar, tendrían que delimitar proporcionalmente la superficie que le corresponde a cada país a partir del litoral.

En este segundo caso a Irán le correspondería sólo el 13 por ciento del Caspio, sector que además es el menos rico en hidrocarburos, según los expertos, que estiman que más de la mitad del petróleo se encuentra en la costa kazaja.

Por ello, lo que propone Teherán son dos soluciones intermedias: un reparto equitativo en el que a todos les corresponde un 20 por ciento del Caspio o un condominio entre los cinco países.

"No se puede firmar un acuerdo sin tener en cuenta la visión de la República Islámica. Irán nunca renunciará a sus derechos. Es una cuestión de principio", aseguró Mehdi Ajoundzadeh, viceministro de Exteriores iraní.

Durante la cumbre el líder ruso, Dmitri Medvédev, advirtió contra "medidas unilaterales" por parte iraní, que podrían "alterar el equilibrio" en la región y "abortar las negociaciones sobre una convención" que defina el estatuto jurídico del Caspio.

El Caspio era compartido por Moscú y Teherán en base a unos tratados de 1921 y 1940, pero la desintegración de la Unión Soviética en 1991 puso fin a este entendimiento con la independencia de las otras tres repúblicas ex soviéticas ribereñas, que no reconocen los anteriores acuerdos.

Casi veinte años después de la caída de la URSS, los cincos países siguen sin ponerse de acuerdo no sólo sobre el estatuto jurídico del mar y su delimitación, sino también sobre las condiciones para el tránsito y el tendido de oleoductos.

Rusia, que al igual que Azerbaiyán y Kazajistán aboga por una división proporcional por la línea costera, ha instado en los últimos años a Irán a que modifique su postura con el fin de allanar el camino para la firma de una convención sobre el Caspio.

Ante la indecisión iraní, el Kremlin ha firmado sendos convenios bilaterales con Bakú y Astaná, por los que los tres países se reparten el norte y oeste del Caspio, precisamente los sectores más ricos en crudo y gas, situados mar adentro.

Además, en una decisión que ha sido interpretada por los analistas como parte de una estrategia de hechos consumados, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, dio comienzo en abril a la extracción de petróleo en el mar Caspio

Entonces, la petrolera Lukoil puso en marcha la primera plataforma petrolífera marítima rusa en el Caspio a unos 60 kilómetros de la costa, no lejos de la desembocadura del río Volga.

Otras potencias como la Unión Europea también tienen prisa en conocer el estatuto del Caspio, ya que de ello depende el tendido de los gasoductos del proyecto Nabucco que debe suministrar gas centroasiático a Europa eludiendo territorio ruso.

También podría ocurrir que los cinco países firmaran un acuerdo similar al suscrito en 2006 por Australia y Timor Oriental para el reparto de los beneficios de la explotación de gas y petróleo en el Mar de Timor.

COMBUSTIBLES

Según el Foro de Seguridad Energética, la región del Caspio apenas representa el 2 por ciento de la producción mundial de esos combustibles, debido a la falta de acuerdo para su explotación.

El Instituto de Investigaciones Estratégicas de Kazajistán cifra en unos 30.000 millones de barriles de crudo las reservas del Caspio, además de cinco billones de metros cúbicos de gas, mientras las previsiones más optimistas hablan de más de 200.000 millones de barriles.
En lo que sí se pusieron de acuerdo los líderes del Caspio es en mantener al margen a otras potencias, en clara referencia a EEUU, al suscribir un acuerdo de seguridad regional, y en la necesidad de imponer una moratoria a la pesca del esturión, pez del que se extrae el preciado caviar negro.

El salado Caspio es considerado el lago más grande del mundo con una superficie de 370.886 kilómetros cuadrados, extensión mayor que la de Italia. EFE

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