jueves, 9 de junio de 2011

Hojas artificiales para salvar el planeta

Científicos encontraron una nueva manera de capturar energía solar imitando la fotosíntesis de las especies vegetales.

 

Las hojas artificiales realizan la fotosíntesis de manera diez veces más eficiente que las naturales.
 
La naturaleza sabe lo que hace. Y los hombres tratamos de aprender de ella para resolver los problemas del planeta. Hasta imitando su funcionamiento. De ahí la última novedad en materia de energía renovable: las hojas artificiales.

Basándose en el estudio de la fotosíntesis —el proceso bioquímico que permite a las hojas transformar la energía luminosa en energía química—, un grupo de científicos del Instituto Tecnológico de California (CalTech) han implementado un sistema de “hojas artificiales” capaces de generar energía limpia.

En la naturaleza, las hojas generan “combustible” utilizando la luz solar, el agua y el dióxido de carbono de la atmósfera.

Este proceso natural permite generar energía de manera “limpia” y casi ilimitada, ya que más energía del Sol llega a la Tierra en una hora que toda la energía que la Tierra consume en un año.

Ante el agotamiento de los combustibles fósiles del planeta, utilizar la luz solar como fuente de energía es uno de los retos científicos de nuestra época.

“Debemos encontrar una manera de capturar, convertir y almacenar esa energía si queremos conseguir un sistema energético limpio”, declara Nathan Lewis, profesor de química del CalTech a cargo del proyecto.

Lewis encontró una posible solución a este problema con las hojas artificiales que permiten recrear la fotosíntesis y, más importante, almacenar la energía al tiempo que se genera.

A primera vista, estas hojas artificiales no tienen mucho que ver con sus pares naturales. Son negras, hechas de materiales como silicona y parecidas a una tela fibrosa.

Sin embargo, son capaces de realizar la fotosíntesis de manera diez veces más eficiente que las que crecen en los árboles. “Son verdaderos generadores de energía, capaces de tomar materias primas muy baratas para convertirlas en energías durables”, explica Lewis.

Las hojas artificiales no son un invento nuevo: científicos chinos y estadounidenses habían ya desarrollado el concepto. Pero hasta ahora eran demasiado frágiles o caras para presentar una verdadera alternativa ambientalista, al contrario de éstas que abren nuevos horizontes en materia de energías renovables.

Calentar una casa o impulsar un carro gracias a la luz del Sol podría ser realidad en unos años. Si bien, según Lewis, “no existe por el momento un sistema de fotosíntesis comercial que se pueda usar para competir con los combustibles fósiles”, los científicos van en camino.

Ante la crisis energética mundial, el Departamento de Estado de los Estados Unidos consideró “prioritario” este proyecto y le otorgó un subsidio de US$122 millones para que se lleve a nivel comercial en los próximos cinco años. Una medida que muestra la voluntad de lograr una economía basada en recursos renovables.
 
 
Fuente: ( el espectador )

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