sábado, 3 de diciembre de 2011

Taiwán colgará los jardines de Formosa en el cielo

Un arquitecto japonés gana el concurso del futuro rascacielos turístico de la isla con su 'Oasis del siglo XXI', una apuesta cien por cien sostenible.



En el siglo XIX Gustave Eiffel reflejó la fuerza y el empuje de una sociedad que avanzaba a ritmo de fábrica y acero en la famosa torre parisina. En este siglo XXI, una torre llamada a ser símbolo de un país se construye a base de delicadas varas transparentes que elevan al cielo un frondoso jardín. Así será la futura torre de Taiwán, que más allá de la hermosa extravagancia del resultado, simbolizará la arquitectura sostenible que conocerán las generaciones del futuro.
 
La pasada semana se falló el premio del concurso de ideas que convocó el gobierno taiwanés para poner en marcha la construcción de una torre turística, con espacio para la observación de la ciudad y la acogida de acontecimientos.
 
Las propuestas de los estudios de arquitectura de medio mundo no tienen desperdicio: desde rascacielos rodeados de minimolinos de viento para abastecer de electricidad al edificio hasta sólidos bloques compuestos por placas fotovoltaicas. Pero el ganador ha sido el arquitecto japonés, Sou Fujimoto, que se ha inspirado en un árbol de la isla (el banyan) para desarrollar su proyecto.
 
Tal y como explican desde el estudio de Fujimoto en Tokio, su modelo de arquitectura verde del futuro es "el Oasis del siglo XXI". Es lo que propone hacer con la torre, que será inaugurada al principio del año 2017. Para ello se ha inspirado en dos joyas naturales de la propia isla: el árbol típico taiwanés (el banyan) y sus delicadas raíces que cuelgan hasta tocar el suelo y los jardines de la isla Formosa.
 
Una malla transparente
 
Con el primero crea la estructura del edificio. Un sinfín de varas (80 centímetros de diámetro y 300 de largo) que conforman una malla de acero que deja pasar la luz al interior y que, vistas desde lejos, parecen transparentes. "El edificio albergaría debajo de sí una plaza bella y agradable para la gente de la ciudad, Tichung", explican los creadores de la idea.
 
Con la segunda inspiración, la propuesta se completa con un jardín flotante de unos 300 metros cuadrados que podrá recorrerse y desde que el se observará la ciudad. "Simboliza la isla, ya que tiene la forma de Formosa. Desde la naturaleza y la cultura misma de Taiwán, hasta el diseño innovador de la torre de la nueva era", expresa el creador.
 
A pesar de la ligereza que aparenta el rascacielos desde fuera, la torre tendrá espacio para alojar un observatorio público, un museo de la ciudad, así como tiendas, cafeterías, restaurantes, etc.
 
En cuanto a su tecnología, el edificio no podría ser más sostenible. El diseño impera en él, pero los materiales y la inteligencia de sus instalaciones hacen del edificio en sí mismo un gran productor de energía.
 
Destaca entre las apuestas un sistema de iluminación LED repartido por toda su estructura, se iluminará cada noche para ser vista de cualquier punto de Taichung. Junto a ello, hay que contar otra serie de estrategias destinadas a reducir la huella de carbono como la cubierta ajardinada, la recogida de aguas pluviales, paneles solares para la producción de agua caliente que necesite el edificio, aerogeneradores y el uso de materiales sostenibles.
 
 
Fuente: ( el diario montanes )

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