sábado, 19 de noviembre de 2011

¿De qué morían los mexicanos hace 100 años?

¿Imagina morir por alergia a la leche de vaca, flus de sangre o "golpe de macho"? Pues todavía hasta 1950, éstas eran algunas de las causas de fallecimiento anotadas en las actas de defunción de Chihuahua.





Y no es que existieran enfermedades extrañas en ese estado en el norte de México, sino que era la forma como los jueces de registro civil establecían, con base en su experiencia, la razón por la que una persona perdía la vida.

Muchas de estas peculiares descripciones se han reunido en la exposición Genio y Figura hasta la Sepultura, organizada por el Registro Civil del Estado y que se ofrece en el Museo Universitario Quinta Gameros.

"En todos los municipios encontramos causas de muerte muy simpáticas y que nos recuerdan y muestran el lenguaje de buena fe que los chihuahuenses de antaño tenían", dice a BBC César Fernando Ramírez Franco, director de esta oficina.

Así, la muestra reúne más de 20.000 actas de defunción, algunas de hasta 150 años, provenientes de localidades como Ciudad Juárez, Camargo, Cuauhtémoc, Delicias, Jiménez, Nuevo Casas Grandes, Hidalgo del Parral y Ojinaga.
Buena fe

En 1859 las leyes civiles de Chihuahua establecían que eran los jueces de civiles quienes se encargaban de determinar las causas de la muerte de alguna persona, y asentarlo en las actas de defunción, explica Franco.

"Había lugares tan apartados que quienes hacían las funciones de registro civil no tenían elementos para determinar con exactitud la causa de muerte". En muchos casos se registraba lo que había ocasionado la muerte, pero no la enfermedad.

Había pocos médicos, y por eso era común que las familias de los fallecidos eran quienes explicaban las causas que, creían, habían ocasionado el deceso.

"Aunque se tiene registro de actas de defunción donde médicos certifican la causa de muerte, eran muy pocas las víctimas que tenían está oportunidad; los tiempos y las distancia entre cada municipio les impedía asistir, y el trabajo pericial quedaba a manos de los familiares y testigos", asegura.

La "muina"

La exposición muestra copias de actas que muestran casos de muerte que ahora parecen extraños, pero que en ese entonces eran totalmente creíbles.

Es el caso del niño Reyes Aveíta que, se asentó en su acta de defunción, murió "de chípil", una popular forma mexicana de describir la depresión infantil por el nacimiento de un hermano menor, o un reclamo de atención paterna.

Otro caso ocurrió en 1895 en ciudad Camargo, donde una persona falleció por "un resbalón que un piedrazo en la cabeza le ocasionó," o la que el 4 de octubre de 1890 le provocó a un individuo la locura por no encontrar su casa.

En Ciudad Juárez se describe el fallecimiento de una madre "por fatiga en el parto", narrada de una forma muy particular:

"A juicios de personas de buena capacidad, la madre murió a consecuencia de haber tenido un chiquito, y al haber hecho una muina (un coraje) le atacó un dolor, pero murió buena y sana".

En 1877 en Hidalgo del Parral, al sur del estado, el acta 85 describe el fallecimiento de una persona por un ataque nervioso y el 21 de mayo de 1867 otro por histeria.

En 1852, Pedro Uriel de "origen menonita" murió por una probable alergia a la leche de vaca, mientras que en 1940 otro falleció por un golpe en la cabeza al caerse con el caballo que montaba cuando pretendía colear un toro en el rancho.

En estos días…

Los detalles de la exposición contrastan con el clima de violencia que ahora vive México y especialmente Chihuahua, uno de los estados con mayor índice de homicidios según datos oficiales.

A diferencia de aquellos años ahora muchos no mueren por "piedrazos" o alergia a la leche, sino por disparos de fusiles de asalto o en enfrentamientos armados.

"Actualmente vivimos muertes tan violentas que es imposible pensar en esto", explica Franco. "Las autoridades necesitan que un médico legista sea específico en determinar la causa de muerte y las herramientas científicas que existen actualmente ya lo permiten".

De hecho, Chihuahua es pionero en México en algunas técnicas forenses, como la rehidratación corporal que ha permitido identificar los cuerpos de muchas personas no identificadas en Ciudad Juárez.
Fuente: ( semana )

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