jueves, 4 de noviembre de 2010

Bondades de la Berenjena

Nutritiva, sabrosa y carnosa, ¿no son estas cualidades atractivas para poner los ojos en uno de los vegetales mas económicos y adaptable en casi todo el planeta.

Efectivamente,se trata de la berenjena, perteneciente a la familia de las Solanáceas.

Los investigadores fijan su origen oriental, concretamente de la India. Su introducción en Europa data de la Edad Media, cuando los árabes la llevaron a España.

Sin embargo, desde su introducción en Europa y durante siglos después, la berenjena fue estimada únicamente como adorno exótico, debido a la creencia de que ingerirla provocaba mal aliento, lepra y cáncer.

Más, sepa que es todo lo contrario pues es  antioxidante que previene ciertos tipos de cáncer. Y por otro lado tiene tanta agua que resulta muy buen diurético y casi no tiene calorías, por lo que puede formar parte de cualquier dieta de adelgazamiento. Su porcentaje de hidratos de carbono, proteínas y grasas es muy bajo.

Es notorio que carece de fibra, excepto una pequeña cantidad en la piel y las semillas. El mineral mayoritario es el potasio, además de pequeñas cantidades de calcio, magnesio y fósforo. Respecto al contenido vitamínico destaca su pequeña cantidad de vitamina C, provitamina A y folatos.

La berenjena cocida y pelada es muy fácil de digerir, esas características son aconsejables para quienes presentan trastornos digestivos. Cocinada con poca grasa, estimula la función de hígado y vesícula biliar, favoreciendo suavemente el vaciamiento de la bilis, por lo que se puede considerar como tónico digestivo.

Se recomienda consumir cocinada (nunca cruda) en sus muchas preparaciones culinarias, para eliminar las sustancias tóxicas que contiene. Se puede salar antes de su cocción para eliminar su contenido en jugos amargos, reducir su humedad y conseguir una pulpa más densa que absorba menos aceite durante su preparación culinaria.

En tal caso dejar reposar de este modo durante unos 30 minutos para que suelten los jugos, y posteriormente se enjuagan para eliminar el exceso de sal, secar con papel absorbente y cocer lo antes posible. En caso de que no se sale  puede añadirse un poco de zumo de limón con el fin de eliminar el amargor.

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