miércoles, 17 de noviembre de 2010

Los neandertales vivían rápido y morían pronto, según un estudio

Los niños neandertales crecían mucho más rápido que los niños humanos modernos, según indica un estudio internacional publicado recientemente. Sus autores opinan que los niños neandertales debían madurar a más velocidad porque para sobrevivir debían exponerse a actividades de gran riesgo, mientras que sus parientes más cercanos maduraban más despacio pero vivían más años. Esta es la conclusión de un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Ilustración del artículo
El equipo de científicos, coordinado por investigadores de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (MPI-EVA) de Alemania y la Instalación Europea de Radiación Sincrotrónica (ESRF), con sede en Francia, hizo uso de herramientas muy sofisticadas, concretamente un nuevo supermicroscopio y una técnica avanzada de rayos X, para examinar los dientes fosilizados de once neandertales y humanos primitivos, incluido entre ellos del primer fósil de homínino, descubierto en Bélgica en 1829-30. Estas pruebas avanzadas pusieron de manifiesto que este individuo tenía tan sólo tres años cuando murió, no cuatro o cinco como se pensó en un principio.

Los resultados de este último estudio sugieren que el desarrollo lento y la larga infancia que nos caracterizan son rasgos recientes y exclusivos de nuestra especie. Los investigadores opinan que esta diferencia pudo conferir a los humanos primitivos una ventaja evolutiva sobre los neandertales, que se extinguieron hace unos 28.000 años.

«Estos métodos nuevos ofrecen una oportunidad extraordinaria de evaluar los orígenes de una condición fundamentalmente humana: la transición costosa pero ventajosa desde una estrategia primitiva de "vivir rápido y morir joven" a otra de "vivir despacio y llegar a viejo" que ha convertido al ser humano en uno de los organismos que más han prosperado en el planeta», explicó Tanya Smith, del Departamento de Biología Evolutiva Humana de la Universidad de Harvard, primera firmante del estudio.

Al desarrollarse y madurar con lentitud, es probable que el humano moderno adquiriese más capacidades de aprendizaje y cognición compleja, lo que seguramente le habría colocado en una posición ventajosa respecto a los neandertales.

Los dientes proporcionan información sobre el desarrollo general, según explicó la profesora Smith: «Los dientes son unos fantásticos testigos del paso del tiempo, pues registran cada día de crecimiento de forma similar al modo en que los anillos de los troncos de los árboles muestran su progresión anual.» Según explicó, el recuento de las líneas de los dientes no es una técnica novedosa, pero hacerlo «virtualmente» por microtomografía computerizada mediante radiación sincrotrón sí lo es.

«Aún más llamativo es el hecho de que nuestros primeros molares contienen una "partida de nacimiento" en miniatura que permite calcular con exactitud la edad a la que murió un niño», señaló la profesora Smith, quien añadió que los niños neandertales parecían haber estado expuestos a condiciones muy adversas.

Este trabajo muestra asimismo que otros primates maduran a mayor velocidad, tienen gestaciones más cortas, se reproducen desde una edad más temprana y viven menos años que el humano moderno. Encontramos un ejemplo de ello entre los simios, pues las hembras de chimpancé tienen crías por primera vez a los 13 años de edad, mientras que las humanas a los 19.

«No tiene sentido prolongar la infancia sin garantías de que se va a llegar a la vejez», adujo la profesora Smith.

Los investigadores pretenden averiguar cuándo se produjo este punto de inflexión vital del ser humano, una vez se escindió del resto de primates hace cerca de siete millones de años. También observaron que los dientes de los niños neandertales crecían mucho más rápido que los de nuestra especie, incluso que los de los primeros grupos de humanos modernos que abandonaron África hace casi 100.000 años.

Conviene mencionar que este no es más que uno de los muchos estudios que indagan en las sutiles diferencias entre el desarrollo del ser humano y el de nuestros «primos» los neandertales. Recientes trabajos de secuenciación del genoma neandertal ofrecen importantes pistas genéticas sobre las diferencias entre el desarrollo craneal y esquelético de aquella especie y del ser humano.

En el estudio participaron especialistas de otras instituciones alemanas y estadounidenses, así como de Bélgica, Croacia, Francia y Reino Unido.
Para más información, consulte:

Universidad de Harvard:
http://www.harvard.edu/

Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (MPI-EVA):
http://www.eva.mpg.de/english/press.htm

Instalación Europea de Radiación Sincrotrónica (ESRF):
http://www.esrf.eu/

LO MAS LEIDO