lunes, 15 de noviembre de 2010

EL GRAN RÍO RUSO, OTRA 'VÍCTIMA' DEL CALOR ANÓMALO DEL VERANO


Quedarse sin agua ahora amenaza no sólo a los viajeros extraviados en un desierto africano. Las anomalías climáticas han causado el secado de ríos que nunca lo habían experimentado antes, como está ocurriendo, por ejemplo, con el Volga, el río más grande de Europa.

El frío crudo del pasado invierno y el inusual calor de este verano en Rusia, han perjudicado el nivel de muchos ríos, según afirman los especialistas. Entre ellos está el más largo de Europa, el Volga. En los afluentes menos caudalosos, como por ejemplo el Kazanka, la cantidad de agua es tan poca que se puede cruzar a pie.

En este tipo de casos no cabe duda de que los seres humanos resultan afectados. Pero la principal damnificada es la fauna. Los peces no tienen dónde colocar sus huevos y viven en permanente peligro porque en estas condiciones no tienen oxígeno suficiente para sobrevivir.

Según el docente de la cátedra de zoología de la Universidad Federal de Kazán Igor Galanin, el pez que sufre más es el lucio porque no habita lugares más profundos. Se queda en su hábitat hasta el final y por consiguiente, muere.

La superficie de este territorio seco es de centenares de hectáreas. Por donde se mire se pueden observar moluscos muertos. Antes estos organismos eran los encargados de filtrar el agua.

La jefa del laboratorio de optimización de los ecosistemas acuáticos de la Universidad Federal de Kazán, Nafisa Mingázova, explica que “el territorio que cubren los moluscos muertos es enorme, lo que significa que la zona de autolimpieza de agua está muerta. Por lo tanto, podemos pronosticar que durante los próximos 2 o 3 años empeorará la calidad del agua”.

El nivel del agua en los ríos de la República de Tatarstán ha bajado hasta extremos que los ecólogos califican como peligroso.

El nivel de la presa de Kúibishev es apenas de 49 metros, 4 menos del mínimo aceptable. Este hecho alarma a los ecologistas y otros especialistas. En caso de que siga bajando, la calidad del agua empeorará aún más.

El inspector federal de supervisión ecológica de Tatarstán, Iljam Shayajmétov, comenta que “para purificar el agua será necesario invertir más dinero, y esto conllevará un aumento de su costo”.

Observando las orillas, se puede ver que las estaciones de lanchas parecen más un cementerio de barcos que otra cosa. Pequeños y grandes botes permanecen inmóviles a un costado debido a que el nivel del agua ha bajado varios metros. El desplazamiento a bordo de una lancha es sencillamente peligroso.

Inclusive los socorristas y guardas salen a vigilar el espacio acuático a bordo de pequeñas lanchas motoras. Pero aun así corren el riesgo de encallar. La profundidad del río no llega ni a cincuenta centímetros. Y por eso ha surgido la oportunidad única de pasear sobre él.
Los científicos esperan que este invierno caiga abundante nieve porque de ese modo en primavera aumentarán los caudales. No obstante, el daño causado a la naturaleza este año ya no tiene vuelta atrás.

Fuente:rtnoticias

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