lunes, 21 de febrero de 2011

Calidad, naturalmente

18 empresas tienen licencia de la marca Parque Natural que reconoce el uso sostenible de los recursos ambientales · Los empresarios reclaman más difusión para llegar hasta el cliente.



Del monte, a la tienda de delicatessen. De escapada de fin de semana, a turismo certificado. La marca Parque Natural de Andalucía, un distintivo de calidad que concede la Consejería de Medio Ambiente de la Junta a productos y servicios desarrollados en el marco de los espacios protegidos de la Comunidad Autónoma, cumple diez años tras nacer con el objetivo de suponer un salto cualitativo en las posibilidades de negocio de los empresarios de municipios radicados en los espacios naturales. También como valor añadido con el fin de evitar la pérdida de oficios tradicionales.

Diez años después, el empresariado reclama mayor implicación de la administración para que el esfuerzo de las pymes sea eficazmente recompensado, aunque consideren que ha sido una buena idea y recomienden a otras sociedades inscribirse en el proyecto.

El establecimiento de este sello de calidad busca fomentar y apoyar el desarrollo sostenible mediante medidas que favorezcan la permanencia y calidad de vida de las poblaciones que residen en entornos protegidos, especialmente de los medios de vida tradicionales que siempre se han caracterizado por el aprovechamiento de los recursos con pautas ecosostenibles.

Así, la marca Parque Natural de Andalucía puede asociarse a productos artesanales (panes, pasteles, corcho, cuero, muebles); actividades de turismo de naturaleza y productos naturales (aquellos exentos de químicos y procesados complejos). La licencia para el uso de la marca se concede tras la inspección y auditoría que realizan entidades como la Fundación Andanatura.

La provincia de Cádiz, por su alta superficie protegida (con cinco parques), se encuentra en un lugar preferente en cuanto al uso de este distintivo de calidad que reúne en toda Andalucía a más de 170 empresas con casi 1.300 productos y servicios certificados. El 59% de las sociedades adheridas a la marca corresponden al sector turístico mientras que las de artesanía, minoritarias, suponen un ámbito de atención preferente, según la Junta, puesto que se consideran actividades cuya conservación resulta prioritaria. Cádiz suma más de 300 productos y servicios certificados en total.

El parque natural de Los Alcornocales cuenta con 11 empresas con licencia para el uso de la marca, de las que dos están enclavadas en el Campo de Gibraltar. Se trata de La Dificultosa, en Palmones (Los Barrios), dedicada a la producción artesanal de panes y dulces, así como el Cortijo Román -un enclave de turismo rural en Jimena de la Frontera-. La Dificultosa posee un total de 14 productos certificados, según el listado actualizado elaborado por la fundación Andanatura y la página web de Medio Ambiente, entre los que se encuentran alfajores, pan moreno y polvorones.

En cuanto al parque natural del Estrecho, cuya superficie se ubica íntegramente en los límites de la comarca, son siete las empresas que han accedido al uso de la marca Parque Natural de Andalucía, sumando en total 70 productos y servicios. En el ámbito de los servicios consta la empresa Turmares Tarifa, dedicada a la organización de rutas para el avistamiento de cetáceos en el Estrecho, así como la cooperativa de turismo rural Gernatur, encargada de concertar rutas en los montes de la zona. Dos restaurantes, El Tejar y La Pescadería, también son licenciatarios de la marca (están catalogados con un tenedor) mientras que el mar supone la principal fuente de productos agroalimentarios que pueden exhibir la marca Parque Natural de Andalucía. La Cofradía de Pescadores de Tarifa ha logrado certificar 18 productos diferentes (como el pez espada, el mero o el pargo y con el atún rojo como bandera); Mejillones de Andalucía, con sede social en La Línea, también cuenta con este distintivo. Por último, la afamada pastelería La Tarifeña posee licencia para 39 dulces diferentes.

José Bernal y su hermano Carlos regentan el obrador de La Tarifeña que emplea para sus productos materias primas con trazabilidad y da trabajo a diez personas. Los piñones proceden de Tarifa o Barbate; la harina, de la Sierra y las almendras, de Ronda. "Todos los productos deben ser naturales", insiste Bernal, quien inscribió el negocio (nacido en 1956) hace cuatro años. "Buscábamos certificar la calidad, homologación y difusión. Algo así como el Galicia Calidade. Es una muy buena idea, pero han sido muchos esfuerzos por nuestra parte y reclamamos a la administración algo más de implicación", comenta Bernal. Ejemplo de ello es que aún no ha recibido una placa para instalar en la puerta con el distintivo Marca Parque Natural de Andalucía. Para Bernal, la marca tiene aún poca difusión entre los clientes aunque la idea ya ha sido "copiada" en Italia.

La apreciación de Bernal, que reclama más difusión a la iniciativa para que ahonde entre la clientela, no es la única. Así consta en el Estudio de repercusión de la marca Parque Natural de Andalucía elaborado hace medio año por la Fundación Andanatura y la Fundación Biodiversidad, tras analizar a 84 empresas adheridas y a 425 consumidores.

El estudio detalla que los empresarios buscan y consiguen una mejora de la calidad de sus productos y servicios, así como publicidad y promoción. Además, los empresarios más pequeños también encontraron en la marca una forma para mejorar su cumplimiento de la legislación.

El estudio recoge que el 45% de los empresarios tiene ciertas dificultades para mantener la certificación -principalmente económicas y de gestión- aunque es un esfuerzo que merece la pena ya que el 75% de las compañías valora positivamente la relación entre costes y beneficios obtenidos. Tanto es así que el 84,5% de las empresas recomendaría la adhesión a otros empresarios.

Desde el punto de vista del consumidor, la otra cara de la moneda, un 69% reconoce que valora la existencia de un distintivo de calidad a la hora de efectuar la compra o contratación. La marca se valora, en primer lugar, desde el punto de vista de los valores ambientales y la protección del patrimonio, aunque más de la mitad de los encuestados reclamó más información ya que, mayoritariamente, se asoció la marca a la localización del producto por encima de los compromisos de calidad y gestión ambiental adquiridos por los empresarios. Darla a conocer, por tanto, es una labor en la que empresarios y administración deben darse la mano con el fin de potenciar sus efectos.


Fuente: ( europasur )

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