sábado, 30 de abril de 2011

Las prácticas ambientales empresariales en Venezuela

Hasta hace algunos años en nuestro país, los temas ambientales no eran vistos por las empresas como oportunidades para hacer más sustentables sus negocios, sino como elementos operativos a gestionar asociados a los recursos naturales insumo de sus procesos.

 
Sin embargo, con el pasar de los años -y con ellos el incremento de la divulgación de los problemas ambientales globales, como el cambio climático, por parte de Estados, empresas, ONG y otros- la realización de las cumbres, foros y y otros eventos internacionales que han permitido la discusión de estos problemas ambientales, así como acuerdos para encaminar posibles soluciones; la mayor demanda de los diversos grupos de interés, por ejemplo de los consumidores, quienes son más acuciosos al elegir productos y servicios ambientalmente amigables; el desarrollo de nuevos estándares, buenas prácticas y legislación ambiental, entre otros; han influido en que las empresas se hagan más conscientes de los impactos ambientales originados por sus actividades, productos, servicios e infraestructura y noten su corresponsabilidad con el deterioro ambiental local, regional y mundial.

En nuestro país son cada vez más las empresas que están conscientes de la importancia que tienen los temas ambientales para la sostenibilidad de su organización. Es así como han surgido iniciativas ambientales que les permitan ser más responsables ambientalmente, iniciativas que se han concretado desde pequeñas contribuciones puntuales hasta significativas mejoras en el desempeño ambiental.

Es común en el ámbito empresarial escuchar iniciativas como jornadas de limpieza de parques y plazas, limpieza de playas en el marco de su día mundial, campañas de ahorro y programas de eficiencia energética, reutilización y reciclaje de papel o apoyo a una ONG de corte ambientalista. No obstante, en la práctica, estas iniciativas no suelen ser sostenibles en el tiempo por diversas razones, entre las que destacan:

No son contempladas en el presupuesto anual.
Surgen producto de una oportunidad o iniciativa particular de un miembro de la organización.
No se realiza seguimiento o monitoreo, ni se tienen indicadores del impacto de las iniciativas realizadas.
No se consulta previamente con los grupos de interés sobre las expectativas a ser cubiertas.
Las actividades no se planifican con la antelación necesaria, lo que puede traducirse en errores operativos en la ejecución de las mismas.

No obstante, al indagar con mayor profundidad si las empresas han identificado qué elementos de sus actividades, productos, servicios e infraestructura interactúan con el ambiente y qué impactos –positivos o negativos– generan sobre este, la respuesta suele ser negativa.

Mejorar el desempeño ambiental de una empresa pasa precisamente por conocer inicialmente esas causas y efectos (aspectos e impactos en el argot de los sistemas de gestión ambiental), independientemente del sector empresarial al que pertenezca la organización, su tamaño o localización geográfica.

En las encuestas sobre Prácticas y Tendencias de la Responsabilidad Social Empresarial y Gestión Ambiental en Venezuela (2009 y 2010), realizadas por Espiñeira, Sheldon y Asociados, preguntamos a las empresas participantes si tenían identificados y cuantificados, entre otros aspectos, sus desechos, emisiones, efluentes, consumos de agua y energía. Las respuestas apuntaron a que son pocas las empresas que así lo hacen y en mucho menor escala aquellas que tienen mecanismos de control para su minimización.

En tal sentido, en el marco del mejoramiento continuo, el primer paso consiste en identificar cómo lo que hace la empresa afecta al ambiente y en qué medida. A partir de este punto se superarán las iniciativas puntuales y comenzará la integración de las variables ambientales en la gestión ordinaria de las empresas, lo que permite la jerarquización de los temas a atender, el direccionamiento de la gestión ambiental, la planificación del programa ambiental, su implementación, seguimiento y ajustes.

Por: Fenelón Perera Anzola
Gerente de Soluciones de Sostenibilidad Social y Ambiental
Espiñeira, Sheldon y Asociados
 
 
Fuente: ( rsevenezuela )

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