sábado, 9 de octubre de 2010

Líderes mundiales, unidos por el medio ambiente

El medio ambiente, ignorado con frecuencia por las agendas políticas, ha unido en la misma lucha a personajes tan dispares como Al Gore y Mijail Gorbachov, pero no son los únicos que han saltado de la arena política para abrazar la bandera verde.

Otros, sin embargo, han optado por no abandonar la batalla política para intentar salvaguardar el planeta, como el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, y el de Brasil, Lula da Silva, quienes se han comprometido en cuestiones como el cambio climático y el desarrollo de un modelo energético más sostenible.

A continuación se glosan algunos de los personajes políticos más significativos en la defensa del medio ambiente de las últimas décadas:

- AL GORE: El ex vicepresidente estadounidense obtuvo el Premio Nobel de la Paz por su empeño en divulgar qué es el cambio climático y cómo contrarrestarlo.

El Nobel lo compartió en 2007 con el Panel Intergubernamental de Expertos de la ONU en Cambio Climático (IPCC), y poco después fue distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación por su su lucha contra el calentamiento global de la Tierra.

Su famosa cinta "Un verdad incómoda", que obtuvo en 2007 el Oscar de Hollywood al Mejor Documental, suscitó tantas simpatías como suspicacias, pero nadie dudó de la enorme difusión que supuso para este problema.

- MIJAIL GORBACHOV: El último jefe de Estado soviético y Premio Nobel de la Paz por su contribución al fin de la Guerra Fría, dejó su cargo en 1991 y un año después impulsó la organización ecologista Cruz Verde Internacional, nacida de la Cumbre de la Tierra de Río Janeiro.

Su compromiso se vincula, especialmente, a lo relacionado con el agua, un recurso que considera como el principal reto ambiental que afronta la Humanidad. "Donde acaba el agua, acaba la vida", asegura.

La Exposición Universal de Zaragoza, que giró en torno al agua, fue el escenario elegido por el fundador de la perestroika para presentar su libro "Agua para la paz".

En 2003, publicó su "Manifiesto por la Tierra" (2003), un ensayo de 172 páginas con propuestas para hacer realidad una globalización de la justicia, la paz mundial y la preservación del medioambiente.

- LULA DA SILVA: El presidente brasileño ha hecho grandes esfuerzos para promover energías alternativas y evitar la deforestación e incendios forestales en la Amazonía.

Hace un año, sancionó una ley que establece las metas de reducción de dióxido de carbono para frenar los efectos del cambio climático.

La norma fija el objetivo de reducir las emisiones entre un 36,1% y un 38,9% hasta 2020 con respecto a los niveles de 1990, principal compromiso de Brasil, que exigirá a su vez reducir en un 80% la deforestación de la Amazonía, principal fuente de contaminación del país.

-GRO HARLEM BRUNDTLAND: La primera mujer que presidió un Gobierno de Noruega, acuñó el concepto de sostenibilidad en su famoso informe "Nuestro futuro común".

Para este mujer, que ha trabajado por el medio ambiente dentro y fuera de las trincheras políticas, la sostenibilidad consiste en cubrir las necesidades de la actual generación sin sacrificar la capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades.

En 2007, el secretario general de la ONU, Ban-Ki-Moon, decidió descargar en ella la responsabilidad de convencer a los líderes políticos mundiales de que el calentamiento global "no admite esperas", al nombrarla enviada especial de la ONU para el Cambio Climático.

Anteriormente, presidió la Comisión Mundial de la ONU para el Medio Ambiente y el Desarrollo.

- BARAK OBAMA: Desde el comienzo de su mandato, el presidente de EEUU ha sido un firme partidario de adoptar medidas contra el cambio climático, aunque los resultados en su primer año de gestión fueron escasos y la cumbre mundial de Copenhague, en la que se pusieron muchas esperanzas, se quedó en un acuerdo de mínimos.

En reiteradas ocasiones se ha mostrado también a favor de la expansión de las energías renovables y en los puestos de trabajo que este sector puede crear.

Hace sólo unos días la Casa Blanca instaló paneles solares para demostrar que las tecnologías solares están disponibles, son fiables y pueden instalarse en viviendas de todo el país.

- ANTANAS MOCKUS. El político colombiano, matemático y filósofo, ex alcalde de Bogotá, se unió al Partido Verde de su país en 2009 y resultó elegido candidato a la Presidencia por esta formación.

Finalmente, perdió las elecciones presidenciales en la segunda vuelta frente al oficialista Juan Manuel Santos.

Apoyado por una gran respuesta en redes sociales de Internet, como Twitter o Facebook, Mockus se convirtió en la alternativa a los políticos tradicionales.

Siendo alcalde de Bogotá no dudó en vestirse de superhéroe para alentar a sus ciudadanos a ser "superciudadanos" o en aparecer en televisión enjabonándose en la ducha con el grifo cerrado para fomentar el ahorro de agua.

- DANIEL COHN BENDIT, líder del Mayo del 68 francés, conocido como "Dany el Rojo", es eurodiputado en Estrasburgo y desde enero de 2002 co-presidente del Grupo de los Verdes/ALE en el Parlamento Europeo.

Junto con Joschka Fischer, ministro de Exteriores alemán de 1998 a 2005, se relacionó con el ambiente anarquista de Francfort. Fue considerado portavoz del citado movimiento, que comenzó a apoyar al partido ecologista alemán "Die Grünen" (Los Verdes). Cohn-Bendit se afilió a éste en 1984.

El eurodiputado se sitúa en el denominado sector "realista" del movimiento ecologista, con posturas más pragmáticas en temas como la participación de la OTAN en determinados conflictos, como el de Bosnia.

-TONY BLAIR.- Pese a que su faceta medioambiental sea casi desconocida, el líder laborista británico Tony Blair contó entre sus asesores con Nicholas Stern, ex economista del Banco Mundial, quien vislumbra un panorama desalentador si no se toman medidas frente al cambio climático.

Stern es autor de uno de los informes más revolucionarios sobre el calentamiento global, en el que cuantificaba las consecuencias económicas que tendría no luchar contra este fenómeno.

Calculaba que el coste de la inacción equivaldría al 5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) global, generaría millones de refugiados, afectaría al acceso del agua potable y la producción de alimentos, así como a la salud y al medio ambiente. EFE

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