lunes, 25 de octubre de 2010

Los premios Anti-Nobel recompensan en EEUU los descubrimientos curiosos de 2010

NUEVA YORK — El agua y el aceite se mezclan, promover empleados al azar mejora el desempeño de las empresas, insultar calma el dolor y la montaña rusa, el asma: los Anti-Nobel 2010 premiaron el jueves los descubrimientos más delirantes del año.

El comité Nobel de Estocolmo todavía no ha distribuido sus prestigiosos premios, pero en la Universidad de Harvard (Massachusetts, noreste), los Anti-Nobel anunciaron los suyos en una ceremonia, medio en serio y bastante en broma.

El Anti-Nobel de Medicina recompensó a un equipo holandés que presentó una cura del asma mediante un paseo en montaña rusa, por el "estrés emocional positivo" que produce.

Ponerse medias por encima de los zapatos ayuda a evitar deslizarse sobre el hielo en invierno y ese hallazgo valió el premio de Física a un equipo de la Universidad neozelandesa de Otago.

El de la Paz fue para un grupo investigador de la Universidad Keele, de Gran Bretaña, por probar científicamente que los insultos alivian el dolor.

Que los microbios asedian a los científicos barbudos valió el Anti-Nobel de Salud a médicos de Maryland (Estados Unidos) y el de Economía, a los ejecutivos de las financieras Goldman Sachs, AIG, Lehman Brothers, Bear Sterns, Merrill Lynch y Magnetar, "por inventar nuevas formas de invertir dinero".

En el rubro Química, quedó demostrado que, contrariamente a lo que muchos piensan, el agua y el aceite sí pueden mezclarse, y eso valió el galardón a investigadores de la Universidad de Hawai.

Promover empleados al azar en una empresa ayuda a mejorar el desempeño de la misma, tal como fue demostrado "matemáticamente" por científicos de Pisa (Italia), que se llevaron el Anti-Nobel en Administración de Empresas.

En la universidad británica de Bristol, hicieron un descubrimiento biológico aún más asombroso: la felación se da entre murciélagos y prolonga el tiempo de copulación.

La divertida gala concluyó como es habitual con las palabras del organizador, Marc Abrahams, que deseó "mejor suerte" para el año que viene a los investigadores que se fueron con las manos vacías, pero sobre todo a los que sí ganaron uno de los premios Anti-Nobel o IG Nobel (en inglés).

Los organizadores de los IG Nobel, entregados desde hace dos décadas en la prestigiosa universidad del noreste de Estados Unidos, aseguran que aspiran no sólo a hacer reír, sino también a "hacer pensar".

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