domingo, 24 de octubre de 2010

Los mayas consideraban a la muerte como un complemento de la vida

A diferencia del pensamiento cristiano, en el cual la verdadera vida del hombre viene tras la muerte del cuerpo, para los antiguos mayas la verdadera vida estaba aquí en la tierra”, señaló la especialista en cultura maya Mercedes de la Garza, durante su conferencia La vida de la muerte en el pensamiento Maya que ofreció en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología.
Para los mayas la finalidad de la vida no se encontraba en el más allá, sino en vivir su propia existencia de la mejor manera posible. Por eso la muerte era lo más temido, destacó la investigadora.

Sin embargo, reconoció que los mayas sí creían en la reencarnación, como puede comprobarse en el árbol con senos que representaba el alimento para los niños que morían al nacer y donde esperaban la oportunidad de nacer en otro útero.

Para los mayas la muerte fue considerada más que un complemento de la vida humana, una fuerza cósmica complementaria de las energías vitales, asociada con el inframundo, la oscuridad, el caos, la irracionalidad y la destrucción; en tanto que la vida fue asociada al cielo, la luz, el orden, la racionalidad y la creación, detalló.

La especialista detalló que al final del viaje maya, los espíritus morían definitivamente y se desvanecían ante el dios de la muerte, como lo expresa el ansiado sitio: “el Xibalbá o lugar de los que se desvanecen.

“Pero esto no implicaba ir a la nada porque para los mayas la muerte no era aniquilación, sino otra forma de existencia contraria a la vida, energía de muerte que se integraba al reino de la oscuridad, donde permanecía eternamente”, dijo.

Por último, explicó que “en el pensamiento maya los dioses no fueron simples ‘ídolos’, sino energías invisibles e impalpables capaces de manifestarse en sus imágenes durante los ritos, así como en diversos animales, en otros seres y en fenómenos naturales”.

Fuente:www.cronica.com.mx

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