jueves, 28 de octubre de 2010

Aves en peligro de extinción vuelan con padres adoptivos

"La gente piensa que estamos locos", dice el Dr. Johannes Fritz, sonriendo.

Fritz se encuentra en un terreno en un pequeño poblado de Austria, cerca de la frontera con Eslovenia.

Lo que más llama la atención es una gran jaula, con 14 pájaros y dos "padres adoptivos".

En este sitio se ha instalado el llamado equipo Waldrapp, otro nombre dado a estas aves.

Pero no estarán aquí por muchos días. Ésta es sólo una parada en un viaje de un mes, en el que los investigadores enseñan a las aves sus rutas migratorias volando con ellas en aparatos ultraligeros.

Ibis amenazado

El viaje forma parte de un proyecto de conservación para salvar al ibis eremita, un ave que está en grave peligro de extinción, explica el Dr. Fritz, jefe del equipo.

Investigadores austríacos con el ave ibis eremita
Los investigadores enseñan a las aves sus rutas migratorias.

Este pájaro era común en varios países de Europa, el norte de África y Medio Oriente.

Pero actualmente, debido a la caza y a la destrucción de su hábitat, ha desaparecido de Europa y sólo se lo puede ver en estado silvestre en algunos sitios en Marruecos y Siria.

Los científicos austríacos quieren liberar aves criadas en cautiverio, pero las crías no conocen las rutas migratorias y sin ello no pueden sobrevivir.

Lo normal es que aprendan a migrar con su madre, pero en este caso son los investigadores austríacos los que deben convertirse en padres adoptivos, conviviendo con las aves para ganarse su confianza.

Vínculos afectivos
Investigadora austríaca con un ibis eremita
Para ganarse la confianza de las aves, los científicos viven con ellas varios meses.

El proceso de "adopción" comienza en la primavera, cuando nacen las crías. Apenas emergen de los huevos, ven a sus nuevos padres.

Durante los próximos meses, convivirán constantemente con los seres humanos, que los alimentan, limpian y juegan con ellos.

"Hacemos todo lo posible para convertirnos en sus padres. Es muy importante que confíen en nosotros", señala Sinja Werner, madre adoptiva.

El vínculo se vuelve tan fuerte que las aves siguen a sus padres a todas partes, incluso cuando están volando en un aparato ultraligero.

Como niños porfiados

Al amanecer, el campamento se prepara para un vuelo de 200 kms cruzando la frontera con Eslovenia.

Mapa de la ruta migratoria del ibis eremita
Antes de subirse al aparato ultraligero, Sinja echa una mirada a sus aves. Poco después de que Sinja se eleva en el cielo, se abren las puertas de la jaula, mientras los pájaros escuchan los llamados que hace su madre con un altavoz. "Vamos, Wileys, vamos".

Sin embargo, rápidamente queda en evidencia que los "Wileys", un apodo cariñoso para las aves, necesitan un poco más de estímulo.

Poco a poco, los pájaros emprenden el vuelo y siguen al aparato en una formación V.

Pero minutos después se dispersan y Sinja comienza a llamarlos desesperadamente.

Como niños porfiados, durante cerca de 90 minutos continúa este espectáculo, hasta que finalmente los investigadores deciden aterrizar apenas a 10 kilómetros y volver a intentar el día siguiente.

Eventualmente, las aves lograron completar la ruta migratoria de 1.300 kms hacia Italia y se espera que puedan realizar solos el viaje de regreso a Alemania, el sitio donde se reproducen.

De algo no cabe duda, estos proyectos no son ni fáciles ni predecibles.

Innovar

El trabajo de los científicos austríacos está inspirado en una iniciativa similar en Estados Unidos, llamada Operation Migration.
Hay especies tan amenazadas que debe haber más intervención. Esto nos exige innovar y concebir ideas extremas
John Fa

El proyecto Waldrapp forma parte de un creciente movimiento que está llevando los proyectos de conservación a nuevos horizontes.

Nos encontramos en la peor crisis de extinción de especies desde el tiempo de los dinosaurios y algunos científicos piensan que es preciso arriesgar.

Además de continuar con los métodos tradicionales, aseguran que es necesario probar nuevos caminos, como éste proyecto en Austria, o reasentar especies en otras partes del planeta o incluso clonarlas.

"Estamos hablando de más de 6.000 especies en peligro de extinción, mientras siguen aumentando la contaminación, el avance de especies invasivas y la destrucción de hábitats", señala John Fa, de la Fundación Durrell para la Conservación de la Vida Silvestre.
"Hay especies tan amenazadas que debe haber más intervención. Esto nos exige innovar y concebir ideas extremas".
Aves volando con los investigadores
Fuente:BBC Mundo

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