domingo, 7 de agosto de 2016

Cochabamba. En riesgo 129 especies por incendio de 29 mil hectáreas

El fuego en la localidad de Apote, Tiquipaya, se reavivó la mañana de ayer. Autoridades señalaron que las llamas se originaron en el municipio de Cocapata, tras la cordillera.

UNA VISTA PANORÁMICA EN LA SERRANÍA DE LA COMUNIDAD DE APOTE. MARTÍN NUMBELA

“Urgente. Si pueden organizar brigadas de personas de cuatro o más que puedan ir. Se necesita llevar picotas y palas para hacer surcos de contención”. “El incendio está llegando a las casas”, eran los mensajes de auxilio que voluntarios enviaban a través de las redes sociales para hacer frente al fuego que se reavivó la mañana de ayer. Mientras tanto, aves, mamíferos, reptiles y anfibios quedaban acorralados en medio de las llamas, que se extendieron por las comunidades de Piusilla, Yayani y Apote.
“El daño es grande, son 29.000 hectáreas afectadas que se extendieron por la cordillera pasando por Piusilla, Yayani y Apote desde hace dos días”, informó la responsable de la secretaría de los Derechos de la Madre Tierra de la Gobernación, Soledad Delgadillo.
El incendio arrasó con zonas de pastizales y bosques nativos que alojaban al menos 80 especies de aves, 31 de mamíferos, 7 de anfibios y 11 de reptiles.
Según un informe anterior, un incendio se registró en la comunidad de Apote, Tiquipaya, y se extendió hasta la una de la madrugada de ayer amenazando viviendas próximas al bosque. Sin embargo, este incendio se había originado en el municipio de Cocapata, tras la cordillera y creció durante dos días hasta aproximarse a zonas habitadas de Tiquipaya, hasta el cierre de la edición aún no fue controlado.
IMPACTO
Considerando que la zona afectada atraviesa parte del Parque Tunari -una de las mayores reservas de biodiversidad en Bolivia-, más de 130 especies animales, muchas de ellas endémicas y en peligro de extinción fueron afectadas, según la valoración del director del Centro de Biodiversidad y Genética de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Luis Fernando Aguirre.
“Las aves y algunos mamíferos probablemente escaparon, pero dejaron sus crías y huevos. Además, los reptiles y anfibios no pueden huir con la misma facilidad. Ellos si quedaron acorralados”, dijo.
El investigador explicó que la afectación al ecosistema de esta fauna tendrá su impacto a mediano plazo en la población.
Sostuvo que el daño se agrava cuando el incendio fue provocado en un periodo de reproducción importante de muchas especies (es el que se vive).
AVES
“En los bosques nativos y de quewiñas (Polylepis spp., Rosaceae) habita fauna muy delicada”, indicó Aguirre refiriéndose a especies como la Oreomanes fraseri, un pequeño pajarito endémico. “Son aves especiales, solo pueden vivir en quewiñas”.
Si bien la mayoría de las aves pueden volar y escapar, no lograron trasladar consigo a sus huevos, reduciendo a mediano plazo la población de esta especie en la zona.
MAMÍFEROS
Entre los mamíferos que habitan ese territorio están roedores, murciélago, hurón, zorrinos y tigrecillos. El gato montés (Oncifelis geoffroyi) es una de las especies más raras de América y se encuentra amenazada por la pérdida de su hábitat y Bolivia es uno de los pocos reservorios donde se ha visto esa especie.
REPTILES
Entre las lagartijas y serpientes que habitan el lugar está la Bothorops honathani, una especie endémica en peligro de extinción. “Además de que la sequía ya los venía afectando terriblemente, el fuego y el calor terminará por agravar su situación”, dijo.
ANFIBIOS
Si bien los anfibios -sapos y ranas- dejan sus huevos en zonas húmedas, un incendio de tal magnitud aniquila sus posibilidades de vida.
Efectos se registrarán de inmediato
Las consecuencias del incendio de más de 29 mil hectáreas de bosques nativos y pastizales, en Apote, Piusilla y Yayani se registrarán de inmediato, pero también a mediano plazo, según la valoración de profesionales del área.
El incendio creará un desbalance en las poblaciones de algunas especies, principalmente en anfibios y reptiles que, por su sistema de locomoción, no pudieron huir del fuego a tiempo.
Los que lograron escapar, como felinos, hurones, y roedores buscarán refugio en lugares no afectados por el siniestro que podrían estar próximos o en las mismas casas y corrales de viviendas cercanas.
Asimismo, con la quema de 29 mil hectáreas de árboles, arbustos y pastos, se pierde la gran esponja de agua que permitía la infiltración a los conductos subterráneos de recarga.
Con el suelo descubierto (sin arbustos y árboles), las aguas no podrán retenerse y correrán con más velocidad a tierras bajas provocando riadas o inundaciones.
Fuente: EJU

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