jueves, 25 de agosto de 2016

Sofocos en la menopausia

Los sofocos son el síntoma más frecuente en la menopausia y también uno de los primeros en aparecer. Constituyen la queja más común de las mujeres en esta etapa y la que más consultas médicas provoca. Suelen comenzar como una repentina sensación de calor en la cara y en la parte superior del pecho, que después se disemina por todo el cuerpo y puede durar entre dos y cuatro minutos. Algunas mujeres sudan durante los sofocos, luego sienten escalofríos y temblores cuando finalizan. Otras pueden tener una sensación de ansiedad o palpitaciones del corazón durante las sofocaciones.

Cada mujer es diferente y se ve afectada de distinta manera, algunas apenas notan sofocos y para otras pueden convertirse en un síntoma realmente molesto. Pueden ocurrir una o dos veces al día o ser mucho más frecuentes, incluso repetirse una vez por hora durante el día y también por la noche.
Los sofocos suelen comenzar unos años antes de la menopausia y durar unos años después. Las mujeres que los padecen los pueden sentir durante un promedio de cinco años, aunque su intensidad va disminuyendo con el paso del tiempo.

Sofocos nocturnos

Cuando los sofocos se producen mientras se está dormida se conocen como sudores nocturnos. Aparecen sobre todo en las cuatro primeras horas de sueño y pueden impedir un descanso reparador. Este tipo de sofocos pueden provocar una sudoración intensa y hacer que el sueño se interrumpa, al sentir mucho frío o calor. Esto puede ocurrir una o más veces durante la noche y puede provocar insomnio o trastornos en el sueño y afectar a la calidad de vida de la mujer.
Como resultado de esta intermitencia en su patrón de sueño, la vida cotidiana se ve lógicamente afectada, al desarrollarse otros inconvenientes como cansancio, incapacidad para concentrarse o cambios en el humor. La mujer puede sentirse fatigada e irritable al día posterior, lo que acentúa otros síntomas que acompañan a la menopausia. 
Fuente: web consultas

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