La empresa gallega Antonio Pérez-Lafuente, S. A. es la primera conservera española que puede poner este sello en uno de sus productos: las sardinas de su marca Pan do Mar. Es la forma de «involucrarnos en la sostenibilidad y darle valor a nuestros productos», expresa su director comercial Álvaro Pérez-Lafuente Suárez, miembro de la cuarta generación de conserveros. Abogado que cambió el bufete por la empresa familiar, él y su primo Juan Ignacio dirigen la compañía.
El sello MSC acredita que el consumidor compra sardinas «procedentes de caladeros cercanos; capturadas por flotas locales de bajura que faenan de modo responsable, porque emplean métodos de pesca tradicionales y selectivos, que respetan las tallas mínimas, las especies protegidas, las temporadas de pesca y las cuotas de captura», precisa.
La trayectoria de la empresa durante los últimos años es la prueba de que el medio ambiente es una oportunidad. «Hace cinco años –explica Pérez-Lafuente– comenzamos a buscar nuevas líneas de mercado. Vimos que, junto a los consumidores que buscan el precio, hay otros que valoran el origen del pescado». En sus conservas, además, el resto de los ingredientes proceden de la agricultura ecológica certificada.
Las sardinas «son de la especie pilchardus, propia de las costas noroccidentales de la Península, de vientre plateado y lomos azules característicos», pero, sobre todo han sido pescadas «en las cantidades que tenemos certificadas, 78 toneladas; por flotas de bajura del litoral atlántico cercanas a nosotros, lo que contribuye al mantenimiento de las comunidades locales; con métodos tradicionales de cerco que, frente a la pesca industrial de arrastre, evitan la captura de especies protegidas o no comerciales y reducen sensiblemente los descartes. Además, las sardinas no sufren la presión del arrastre en la red en grandes volúmenes y el tiempo entre captura y envasado se reduce al mínimo, puesto que las flotas vuelvan cada día al puerto».
Otros productos
El certificado en MSC lo tienen las sardinas, «pero todos nuestros pescados proceden de pesca sostenible. Del norte de Portugal, en España no hay ninguna pesquería de sardina certificada. El atún cañero viene de Canarias, porque en la costa gallega no hay atún; los mejillones de la ría de Arousa, y así todos», afirma. Es importante la cercanía, porque así se reducen las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del transporte hasta la factoría.
De ella salen cada año 35.000 cajas de 100 latas de todas las variedades y recetas que producen. Y también en este ámbito se han propuesto incorporar novedades, como el paté de algas ecológicas y los filetes de caballa con mostaza de Dijon, ecológica claro. Delicias que van sobre todo «al mercado alemán. El mercado español se concentra en Cataluña», concluye Pérez-Lafuente.
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