domingo, 14 de julio de 2013

Avanza la búsqueda de vida ET: ahora usan una mega red de radiotelescopios

Con esta nueva metodología, se podrán hacer en un día observaciones que antes demandaban hasta 3 años
 
Buscando una verdad que se esconde en el Cosmos, científicos del Reino Unido montaron una red de radiotelescopios para buscar rastros de inteligencia extraterrestre (ET). El nuevo programa de SETI (Search for Extra Terrestrial Intelligence) empleará el complejo e-Merlin, donde se asientan los instrumentos ópticos e interferómetros más avanzados para detectar señales y determinar la posible existencia de otras civilizaciones.
 
La red, también llamada UKSRN (www.seti.ac.uk), está integrada por numerosos astrónomos y académicos de 11 instituciones británicas. El líder del equipo es el profesor Martin Rees, de la Sociedad Astronómica Royal (RAS). Este proyecto académico funcionará en paralelo al Allen Telescope Array (ATA), en California, Estados Unidos, que se maneja sólo con inversores privados.
 
Con un amplio abanico de observación, entre los objetivos del SETI figuran la detección y filtración de señales, el reto lingüístico que entraña descifrar mensajes o la probabilidad de que una civilización extraterrestre busque una aproximación con la Tierra.
 
Para estudiar el Universo con mayor detenimiento, se aprovechará la matriz trazada por el e-Merlin. Se trata de una red de siete radiotelescopios que abarcan 217 kilómetros entre Cheshire y Cambridge (Ver infografía). Estas estructuras funcionan recogiendo ondas de radio emitidas por objetos a muchos años-luz de distancia, para que los científicos exploren las profundidades del espacio.
 
Para mejorar la transmisión de datos, se decidió conectar los telescopios entre sí, por medio de fibra óptica, logrando el efecto de un “superradiotelescopio”. “Con la fibra óptica es como pasar del dial-up a una conexión de banda ancha”, grafica el astrofísico Tim O’Brian, que también participa en la red e-Merlin.
 
Originalmente, la conexión se realizaba mediante radioenlaces, algo que generaba una gran pérdida de información. Cuando la red esté sincronizada en su totalidad, aseguran los astrónomos, podrán realizar en un día, observaciones que hasta ahora demandaba más:unos tres años.
 
Se espera que el sistema de telescopios alcance un pleno rendimiento a principios de 2014. Los astrónomos de UKSRN confían en que este instrumento ayude a desentrañar los misterios sobre el origen de las galaxias y los planetas. “El e-Merlin nos dará la primera información fiable de la distribución de las estrellas en formación dentro de una galaxia”, sostiene Tom Muxlow, un experto que estudia la evolución de las galaxias en Manchester.
Además del gran telescopio Lovell y el Mark II, ambos del Observatorio Jodrell Bank, en la Universidad de Manchester, en la red están acoplados los de Cambridge, Defford, Knockin, Darnhall y Pickmere.
 
La ventaja de utilizar esta red óptica es la de distinguir señales extraterrestres verdaderas de interferencias generadas en la Tierra, un problema clave para todos los proyectos SETI de radio.
 
Unos años atrás, los telescopios eran capaces de explorar 10 canales a la vez. Esta cifra subirá a millones en los próximos años. Lo que incrementará las posibilidades de contacto.
El método es el mismo que se emplea para detectar planetas extrasolares y consiste en reconocer la sombra que imprime un objeto en la luz de las estrellas. Es así como el telescopio Kepler de la NASA o los telescopios del Observatorio Europeo del Sur (ESO) encuentran exoplanetas. Pero en esta ocasión habrá que hilar más en fino para lograr una certeza absoluta.
 
Uno de los temas prioritarios en la UKRSN será la manera de afrontar un posible contacto con extraterrestres.
 
En ese entramado de códigos y símbolos que se propagan por el vacío, está la clave de una posible comunicación.
 
John Elliott, de la Universidad Metropolitana de Leeds, es un investigador de la naturaleza de la comunicación y su especialidad es detectar cualquier estructura de lenguaje y los métodos para su posterior descifrado y difusión. En su larga trayectoria analizó más de 60 idiomas y la comunicación no humana, como la que se establece entre los robots y los delfines. Elliott intuye que comprendiendo nuestra capacidad analítica para la comunicación seremos capaces de desarrollar estrategias para descubrir un mensaje extraterrestre y asimilarlo.
 
Entre 1998 y 2003, muchos de estos científicos participaron en el proyecto Fénix, auspiciado por SETI, que rastreaba señales en unas mil estrellas que estaban a más 200 años luz de distancia. “En ese momento el equipo necesario para tamizar los datos era caro y poco común, pero nuestros telescopios modernos son potencialmente capaces de realizar este tipo de observaciones como una cuestión de rutina”, destacó Tim O’Brien del Observatorio Jodrell Bank.
 
 
Fuente: Clarin

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