jueves, 12 de mayo de 2016

Las petroleras se visten de verde: hasta Exxon se ha comprado una solar

  • La compañía que negó el cambio climático apuesta por las renovables
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Exxon Mobil, la misma empresa que conocía el cambio climático desde 1981 pero mintió durante las siguientes tres décadas a los consumidores de todo el mundo, ha visto la luz... solar. La petrolera, que con su negacionismo contribuyó a retrasar la adopción de medidas contra el calentamiento global, acaba de aliarse con una compañía de energías renovables.
En el mundo de los negocios nada es para siempre, y la industria petrolífera parece haber llegado a la conclusión de que la era del crudo está comenzando su decadencia, seguramente irreversible. Es el caso de Total, que ha comprado el fabricante de baterías Saft Groupe (para complementar por cierto la solar SunPower), y de Enbridge, que canaliza buena parte de los hidrocarburos líquidos que salen de Canadá y que se hará con una participación significativa en molinos de viento para intentar duplicar su capacidad de generación renovable.
"Los gigantes del sector reconocen que va a haber un tremendo crecimiento de las fuentes de energía bajas en carbono", afirma Jason Bordoff, director del Center on Global Energy Policy en la Universidad de Columbia, que añade: "Para crecer a medio plazo, necesitan un mix en su portfolio".
Las empresas petrolíferas ya habían invertido en fuentes teóricamente renovables, pero que se han demostrado como un callejón sin salida: biodiésel y bioetanol. Ahora sin embargo quieren subirse al carro de la eólica y de la solar, cuya potencia total se espera que crezca un 50% y un 100% respectivamente, de aquí a 2018.
Timothy Fox, analista de ClearView Energy Partners, asegura sin embargo que es demasiado pronto para saber si estas inversiones forman parte de una tendencia generalizada de las petrolíferas para cambiar de modelo de negocio, o son simplemente movimientos tácticos temporales.
"En el pasado la diversificación fue más una respuesta a una escasez de recursos, pero en un momento en el que no hay falta de ellos, su meta podría ser más la de mantener una posición de dominio en los mercados mundiales de la energía", explica.
Fuente: El Economista

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