Sin embargo, lo cierto es que tener en un mismo envase polietileno y aluminio no resultaba fácil a la hora de reciclar estos desechos. Hasta ahora. La papelera StoraEnso ha desarrollado en su planta de Barcelona una tecnología que permitirá reciclar de manera separada los «ingredientes» clave de los tetrabricks. Para ello, se valdrán de la pirólisis, una tecnología que, gracias a la aplicación de altas temperaturas en ausencia de oxígeno (unos 400 grados centígrados) permite gasificar el polietileno y extraerlo para convertirlo en energía. En concreto, «por cada kilo de envases se obtiene 5,2 kilovatios hora (kWh)», explica Víctor Marcos, gerente de Medio Ambiente de Tetra Pak Iberia.
Cómo funciona
«El proceso –prosigue– es energéticamente autosostenible, ya que la cámara de pirólisis se calienta con parte del aceite y del gas obtenido, y el resto, se utiliza para producir el vapor necesario en la fábrica de papel asociada a la planta de reciclaje, lo que supone un incremento de la eficiencia energética y un notable ahorro de combustibles y de agua».
Con esta iniciativa también se recuperará el aluminio del residuo que será después utilizado en futuros envases.
La planta en cuestión puede «tratar 9.000 toneladas de polietileno y aluminio. Una vez se demuestre su viabilidad y funcionamiento, cuando se supere la capacidad se construirán nuevas plantas», avanza Víctor Marcos.
Esta iniciativa pionera a nivel internacional ya les ha valido el premio «Best of the Best» (lo mejor de lo mejor) que entrega la Unión Europea.
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