domingo, 1 de mayo de 2016

Islas Feroe, el paraíso de la naturaleza

Islas Feroe es un auténtico paraíso de origen volcánico escondido en el océano Atlántico Norte. A pesar de su pequeño tamaño, las 18 islas que forman el archipiélago ofrecen una grandeza que maravilla a todo el que las visita. En su paisaje montañoso los amantes de la naturaleza podrán disfrutar de un entorno ideal, practicar numerosas actividades deportivas y relajarse en sus tranquilas playas.
Las islas se encuentran a cientos de kilómetros de Islandia, Escocia y Noruega, y su población no supera los 50.000 habitantes. La mejor época para hacer turismo abarca de mayo a septiembre, ya que el archipiélago roza el Círculo Polar Ártico y las temperaturas son bajas incluso en verano. Debido a su ubicación geográfica, en verano el sol casi no se pone y sólo hay un par de horas de oscuridad. Por el contrario, en invierno sólo cuentan con cinco horas de luz.
Fotografía de la Oficina de Turismo de Islas Feroe - Timberley Coole.
Separadas por fiordos, las Islas Feroe ofrecen impresionantes paisajes, mientras que su capital, Tórshavn, se caracteriza por la animada vida nocturna. Además, hay una intensa actividad cultural en sus pueblos, con festivales de música, conciertos y eventos deportivos.
La isla de Vágar, situada al oeste, es la tercera más grande y su forma nos recuerda a la cabeza de un perro. Comenzamos aquí nuestra ruta por Islas Feroe, ya que, curiosamente, es la única que cuenta con aeropuerto. Una de las opciones más fáciles para recorrer las islas es en vehículo de alquiler y ferry. Desde Vágar podemos trasladarnos a las otras dos islas de mayor tamaño, Streymoy -la más grande y poblada del territorio- y Eysturoy, a través de un túnel bajo el mar.
En Vágar se encuentra la capital del archipiélago, Tórshavn, donde podemos conocer sus impresionantes edificios y museos, como Føroya Løgtin, uno de los parlamentos más antiguos del mundo, que data del año 825; el casco antiguo de Tinganes, rodeado de centros de arte, tiendas y restaurantes, la Galería Nacional de Arte Feroés y la antigua catedral de Kirkjubøur, entre muchos otros. Una de las visitas imprescindibles en Vágar es Vestmanna, al norte, donde miles de personas se acercan cada año para conocer de cerca la fauna local.
Otra de las islas centrales del archipiélago es Eysturoy, la más escarpada de todas, separada de Vágar por un fiordo muy estrecho. Tiene cerca de 66 picos aislados, entre los que se encuentra el punto más alto de Islas Feroe (882 metros): Slættaratindur, el lugar perfecto para los amantes de la escalada. Los menos aventureros pueden hacer otro tipo de actividades en esta isla, que posee lagos y termas donde relajarse. En la pequeña población de Eiði, en el norte de Eysturoy, se puede visitar su museo, en la antigua granja de Látralonin, para conocer cómo era la vida rural del siglo XIX en el archipiélago. Desde esta población, conduciendo por una carretera con espectaculares vistas, se alcanza la preciosa aldea de Gjógv. En ruta se avista "el Gigante y la Bruja", dos columnas de rocas en la costa Norte de Eiði.
Continuamos nuestra ruta por la isla de Sandoyar, una de las más australes junto a la isla de Suðuroy. Su capital, Sandur, alberga uno de los lugares más históricos de las islas, una iglesia que data del siglo XI. Desde esta isla podemos trasladarnos navegando hasta Skúvoy, la quinta más pequeña del archipiélago, con tan sólo 12 kilómetros cuadrados, donde podremos disfrutar del avistamiento de aves marinas desde sus acantilados.
También al sur de Islas Feroe se encuentra Suðuroy, de la que dicen que es un mundo aparte del resto de islas. Sus dos ciudades principales son Tvøroyri y Vágur, aunque nadie puede perderse el lago Hvannhagi, a una hora a pie de Tvøroyri. Este tramo, aunque empinado y estrecho, es ideal para recorrerlo haciendo trekking, ya que ofrece unas impresionantes visitas de su paisaje con Lítla Dímun en el centro de la imagen, la menor de las 18 islas. En la parte más austral de Suðuroy tampoco podemos dejar de hacer una caminata hasta Rávuna, a lo largo del borde occidental, no recomendable para los que tengan miedo a las alturas.
Los enamorados de los animales disfrutarán del avistamiento de aves en la costa Oeste, concretamente en la isla de Mykines, el paraíso natural por excelencia para observar frailecillos, pájaros bobos y hasta 300 aves más. Para ello, podemos hacer una excursión en barco para descubrir especies marinas que se dejan mirar de cerca o subir a uno de sus muchos acantilados. Las focas grises también son muy comunes en las costas de las Islas Feroe y algunos cetáceos como la ballena piloto. Recorriendo sus colinas también podemos encontrar más de 70.000 ovejas; de ahí que se le conozca como "islas de corderos".
Más información:
Island Tours, turoperador de viajes con más de 13 años de experiencia en el sector, ha lanzado como novedad para este año viajes a Islas Feroe, con dos opciones: extensión desde Islandia de cuatro días de duración (disponible desde 730 euros por persona) y un itinerario completo de ocho días con salida en vuelo directo desde Barcelona (a partir de 1.410 euros por persona). Más información y reservas:http://www.islandiatours.es/viajes-extension-islas-feroe.php

Fuente: El Economista

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