jueves, 21 de abril de 2011

La esperanza de vida de la mujer bajará en cuestión de décadas

Jefe del servicio de Cardiología del Hospital de Manacor, único en la isla encargado de estudiar cómo son y cómo se comportan los corazones de más de cien años, para así averiguar cuáles son los factor que más influyen en la longevidad. Busca centenarios.






¿Es distinto el corazón de una personas que logra traspasar la barrera de los cien años?, ¿Y el de un hombre y una mujer? ¿Es todo una cuestión genética?. Diez hospitales de cinco comunidades autónomas, intentarán en los próximos años averiguar la respuesta a estas y a otras preguntas relacionadas con este órgano y la longevidad. El jefe del servicio de Cardiología del Hospital de Manacor (único de las islas que interviene en el proyecto llamado ´Cors Centenaris´), Bernardo García de la Villa Redondo (Salamanca, 1967), busca personas centenarias que se presten para estudiar su corazón y saber por qué viven más que la media.

—¿Cómo surgió el proyecto?
—De la mano de responsable del área en el hospital madrileño Gregorio Marañón y presidente de la sección geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología, Manuel Martínez Sellés. Además de la Comunidad de Madrid, las Balears, también participan las de Galicia, Extremadura y Castilla la Mancha. Empezó este pasado uno de abril y durará hasta junio de 2011.
—¿En qué consiste?
—Cada centro tiene la misión de encontrar a al menos diez personas sanas de 98 o más años para lograr una muestra de cien individuos. Se trata de analizar las características de sus corazones mediante un electrocardiograma, un ecocardiograma, un estudio genético y una valoración funcional. No son pruebas intrusivas y en apenas una hora el centenario puede volver de nuevo a casa.
—¿A qué se refiere cuando habla de estudiar la valoración funcional?
—El centenario debe responder a diez preguntas cómo por ejemplo qué día es hoy, cuál es su número de teléfono, cuál fue el anterior presidente del país, si se viste por sí mismo, si vive más de dos horas sólo o cuánto tiempo tarda en recorrer seis metros.
—¿Y ha habido sorpresas?
—En los casos estudiados de momento, destaca el de una señora que tiene el HDL, conocido popularmente como el colesterol ´bueno´, a 141, lo cual es exageradamente elevado respecto al resto de la población; significa que tiene las venas limpias, como las de una persona de entre 40 y 50 años, es espectacular. Otra centenaria a la que le pregunté cuál era su teléfono, me respondió rápidamente: "¿Cuál de los dos, el que aquí o el del piso de Barcelona?".
—Tengo entendido que el ´abuelo de la Coca-Cola´, Pep Mascaró, se ha unido al estudio...
—Así es, ya se ha hecho las pruebas y está bastante bien. Está a punto de cumplir los 104 años y todavía anda solo aunque ya tenga la bicicleta algo abandonada.
—¿Entonces la longevidad y la salud del corazón es una cuestión de genética?
—Eso es lo que queremos averiguar. Es muy probable que además de la buena dieta y unos hábitos de vida saludables, pueda darse una mutación en los genes que pueda incluso diagnosticarse de joven. Imagínese para qué podría servir; por ejemplo, les saldría mucho más barato hacerse un seguro médico o de vida...
—¿No hay estudios anteriores que puedan confirmarlo?
—Hay muy pocos estudios del corazón en personas de una edad tan avanzada, de ahí la importancia de este proyecto. Primero porque antes casi nadie llegaba a la centuria, y luego porque los que hay casi nunca han ido a un hospital, pasan a ser una especie de héroes familiares y siempre han sido reacios a las pruebas.
—¿Que me dice de aquellos ancianos que llegan a los cien habiendo fumado toda su vida?
—Pues que seguro que si no hubieran fumado en lugar de a 100 llegarían a 110. Lo mismo le pasaría a un joven que supiera que tiene el gen de la longevidad y por ello se dedicara a hacer el crápula todo el día. Los hábitos son importantes.
—¿El corazón cambia de forma con la edad?
—Se hace más rígido y las aurículas más grandes, lo que consecuentemente produce más arritmias y fibrilación auricular.
—¿Cuál sería a bote pronto el prototipo de centenario?
—El de una persona que ha trabajado toda su vida en el campo, que no ha fumado, sin problemas de diabetes, poco hipertenso, sin apenas sobrepeso ni problemas cardiovasculares. La carga genética es muy importante: No es extraño que en determinadas familias haya muchos casos de longevidad.
—¿Mujer?
—En estos momentos sí, pero cada vez menos. El hombre empieza a tener problemas de corazón antes debido a que las mujeres están protegidas frente a la arteriosclerosis hasta la menopausia. Pero en cuestión de décadas la esperanza de vida va a igualarse, bajando incluso en el caso de la mujer.
—¿Y eso?
—Antes comían mejor, no fumaban y desarrollaban unos hábitos más cardiosaludables, que hacían que aunque no realizaran un trabajo como tal sí que desempeñaban una actividad física constante debido a las labores del hogar.
—¿Existe también un factor geográfico? ¿En qué lugar se vive durante más tiempo?
—Es otra de las preguntas a la que el proyecto ´Cors Centenaris´ intentará responder, pese a que para ello debería ser un estudio a nivel de censo. De todas formas mi experiencia me dice que en la zona rural de Mallorca es donde se concentra más población anciana. Y lo que sí es seguro, según el denominado Estudio Pegaso, es que en la comarca del Llevant de Mallorca es donde hay una mayor esperanza de vida de todas las Balears.
—¿Los resultados de las muestran se estudiarán también en Manacor?
—No todos. Para optimizar los recursos y para que no hay diferencias en cuanto a las máquinas de estudio, la muestras genéticas se analizarán en Santiago de Compostela. Las muestras de Balears se enviarán conjuntamente y conservadas en hielo seco a una temperatura de entre -70 y -80 grados centígrados. Mientras que todos los ecocardiogramas de grabarán en un CD para ser leídos con el mismo software, en el Hospital Universitario de Valladolid.
—¿Cuál es la personas más anciana de la zona que ha localizado hasta ahora?
—Primero hay que decir que aunque sepamos que existen estos centenarios, deben ser ellos mismos quienes se presten voluntariamente al estudio. En Artà vive un hombre de 105 años y el más longevo al que he tratado hasta ahora tenía 107.

Fuente: ( diariodemallorca )

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