sábado, 6 de julio de 2013
Ser responsables hoy es ser sostenibles mañana
La frase: ser responsable hoy es ser sostenible mañana, suena como un precepto o un mantra de acción para los empresarios, consumidores, productores, comerciantes y el común de la gente, pero debe tomarse más allá y ser entendida como un mensaje de alerta.
Ya que si no se cuida el medio ambiente y no se invierte en el desarrollo social, viéndolo como una herramienta para alcanzar nuevas y perdurables relaciones comerciales, es muy probable que esas empresas tiendan a perder relevancia frente a la competencia y, en el peor de los casos, de-saparecer.
Como lo define Mariana Escobar Uribe, gerente de Sostenibilidad y Relaciones con la Comunidad del Citibank, “la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) hoy y hacia el futuro es un tema de supervivencia, pues en la medida en que cada vez más compañías entiendan que integrar asuntos y acciones que generen valor social y ambiental es fundamental para asegurar su existencia en los años venideros, serán más las empresas que lleguen a niveles diferentes de desarrollo”.
RESPETO MEDIOAMBIENTAL, LA RESPUESTA
Si de definir el hoy y el ahora de la RSE se trata, esta podría orientarse a un significado natural, como la vida misma, y cuya realidad no puede ser otra que la transformación de las empresas a producciones limpias y economías verdes.
Para Santiago Madriñán de la Torre, director Ejecutivo de Cecodes (Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo Sostenible), la tendencia internacional de la RSE “va claramente hacia el desarrollo sostenible, pues existe un hecho científico y es que el planeta tiene límites y, si se sigue -progresando como hasta ahora- pasando por encima de la naturaleza, habrá que afrontar crisis de energía, agua y alimentos inmanejables”.
Ahora bien, en la discusión de si las compañías deben seguir invirtiendo en temas tradicionales a través de su RSE, como la salud, la educa-ción y la generación de oportunidades de trabajo, las apuestas se inclinan hacia el sí, ya que son aspectos sensibles para el crecimiento de las comunidades, indica Madriñán, al decir que estos temas tocan transversalmente otros aspectos como el agua y la alimentación, bases del futuro sostenible.
Para Nelson Díaz, director del Grupo de Investigación en Responsabilidad Social de la Universidad EAN, se requiere integrar a la acción en RSE un componente que, desde la cátedra, trabaja con sus estudiantes: el ‘Valor compartido’, que, como dice, “se refiere a la oportunidad para resolver problemas a partir de la innovación y toma de conciencia social, ofreciendo a los estudiantes y sus empresas posibilidades de prevenir los impactos y desarrollar iniciativas autosostenibles en el tiempo”.
Cristina Gamboa, directora Ejecutiva del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS), cuyo foco de acción es orientar y concientizar a los diferentes actores de la cadena industrial de la construcción, sostiene que las empresas de su segmento son un ejemplo, ya que desde el 2008 se ha generado “un cambio cultural, que nos ha puesto en el contexto internacional con respecto a la propuesta de construcciones eficientes, amigables con el medio ambiente y realmente sostenibles”.
Según Gamboa, son más de 190 las firmas del sector que están aplicando prácticas de desarrollo sostenible como una forma de hacer sus negocios “bien”, dentro de un escenario que mira al futuro y la conservación de los recursos.
NUEVOS ESCENARIOS
Temas como la cultura, el deporte y la investigación son aspectos que se han ido posicionando como atractivos frentes de inversión para las empresas, pues, como lo dice el profesor Díaz, “la inversión en cultura y comunicaciones es inversión en desarrollo sostenible humano y estos temas consumen menos recursos naturales y su impacto siempre será menor”. Resulta importante decir que, cada empresa tiene un impacto diferente en la sociedad y, así mismo, deben responder frente al desarrollo ambiental, orientada desde su RSE, teniendo en cuenta las necesidades propias de la población y la región en la que ejercen presencia. Las estrategias de cada empresa generan beneficios sociales tangibles, por lo que debe haber una interacción entre el negocio y la sociedad.
EL CAMINO ES INNOVAR EN LO SOCIAL Y OBTENER PRODUCTIVIDAD LIMPIA
En uno de los apartes del informe del Foro Económico Mundial del 2013, se puntualizan los aspectos más álgidos que, en los próximos 10 años, pueden desatar las crisis más contundentes si no se toman las medidas necesarias.
Entre ellos figuran varios temas que tienen que ver con el funcionamiento industrial de las empresas y el abuso de los recursos naturales.
Se habla de crisis en el suministro de agua, la falta de medidas para adaptarse al cambio climático, aumento en las emisiones de CO2 y una crisis de alimentos.
Precisamente, Mariana Escobar, del Citibank, dice que cuando el banco tiene un cliente potencial en el tema financiero, procura convertirse en un aliado estratégico que ayuda a controlar los impactos ambientales y sociales que dicho negocio, en el que se involucran al financiar, pueda generar en las comunidades.
Con ello se asegura que las dinámicas de control, las políticas gubernamentales y los tratados mundiales del tema estén ajustados y se respeten en un marco de acción responsable.
Así las cosas, el futuro de la RSE va en la búsqueda de un propósito social al nivel del negocio; esto hace que todos los grupos de interés se focalicen e involucren durante todo el ciclo de innovación.
Por ello, Colombia pasa por un momento propicio en el tema de la RSE ya que viene dinamizando este proceso en la región y anticipándose a proyectos e iniciativas propias, ya sea desde el sector público y organizaciones no gubernamentales, dice Nelson Díaz de la EAN.
Con esto, las empresas se están ocupando de la sostenibilidad, que va de la mano con la innovación social, en un principio real para implementar prácticas de gestión sólidas y de planeación empresarial. “Este es el momento y la de transformar lo que se viene haciendo”
Astrid López Arias
Fuente: Portafolio
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